FUENTE: elfinanciero.com / Lourdes Mendoza
Ya es viernes y el cuerpo lo sabe. Así pues, déjenme alegrarles aún más la vida, pues ya ven que nuestro Presidente afirma que andamos muy, pero muy contentos.
Me cuentan mis infiltrados de la 4T que Juan Collado y Javidú, el exgóber de Veracruz, son vecinos en la misma ala del Reclusorio Norte, así pues ¿se imaginan una plática entre ambos?
Javidú: Mi Juan, quita esa cara, esto no está tan mal como parece. Pero, ¿cómo fue que te atreviste a publicar esa foto de la boda? Ya ni yo en mis mejores épocas.
Collado: Sólo alza los ojos.
Javidú: Oye, cuéntame la verdad ¿Tania, la novia de Peña, sí está tan guapa como se ve?
Collado: No lo sé, yo sólo tengo ojos para Yadira.
Javidú: No seas mala onda, ¡si la tuviste en la mesa principal mientras Julio Iglesias les cantaba, y también la tuviste en el Civil!
Collado: No me acuerdo.
Javidú: Por cierto, ¿ya viste qué bien se ve Karime en esta foto que me acaba de mandar desde Londres? Eso de hacer planas le ha funcionado de maravilla, ¿a poco no? Por cierto, ¿no quisieras mandar para allá a Yadira? Sirve que se acompañan y si nos extrañan pues tendrán mucha empatía, y si beben, pues aún más. Además, pues ya ves que Peña anda por allá con Tania y podrían juntarse para platicar y evitar el mal del jamaicón.
Collado: Javier, deja de decir tonterías.
Javidú: ¡Ay mano, sí andas muy de malas! Bueno, ya sólo déjame preguntarte algo más: ¿es cierto que tú, Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos, Eduardo Medina Mora, Rosario Robles y Carlos Ahumada fueron los que estuvieron detrás de los videoescándalos de Ponce y Bejarano?
Collado: Javier, ya te dije que dejes de decir tonterías.
Javidú: Pero, a ver Juan, los videoescándalos sucedieron hace más de 20 años y qué tal que dijo el Presidente que no era vengativo, ¡imagínate que lo fuera! Ah, y tú que eres abogado, cómo ves que por azar les tocó el juez que es sobrino de la Padierna a Chayo y a la esposa de Ahumada. ¿Como que es un azar muy raro, no? Ojalá mi Juan no tengas oooootras cuentas pendientes con la 4T, ¡porque ya ves que aquí nada prescribe!
Collado: Oficiaaaaaaal. ¿Me puede llevar a la enfermería porque me está reventando la cabeza?
Se fue uno de los CEO’s más grises de la industria automotriz
Sí, Ernesto Hernández inició como CEO de General Motors en 2011, después de más de 30 años de carrera en la empresa. Lucía como un ejecutivo preparado para conducir el destino de la empresa con éxito y regresar a GM al primer lugar de ventas, posición que había perdido después de 13 años con Nissan, hecho que el propio Hernández se encargaba de minimizar con sus empleados, diciendo en reuniones que “sólo era cuestión de tiempo para arrebatar el primer lugar a Nissan”; sin embargo, la historia fue puro cuento, pues no sólo no llevó a GM al liderazgo del mercado, sino todo lo contrario. La empresa americana fue perdiendo participación de mercado paulatinamente bajo su mandato, cayendo desde 20% hasta poco más de 15%; sus productos perdieron relevancia ante la enorme ofensiva de Nissan, VW y Hyundai-KIA,ampliando su diferencia con Nissan a más de 5 puntos porcentuales de distancia desde un lejano segundo lugar.
Mientras Ernesto dedicaba su tiempo a ser presidente de la AmCham , con una gestión igualmente gris (2012-2014), la empresa cada vez perdía más y más ventas.
Con ello, desafortunadamente pasa a la historia como el primer CEO de nacionalidad mexicana de GM en México, pero sólo eso, nada que ver con las épocas de Kevin Williams o Grace Lieblein, que dejaron a la empresa en primer lugar; no obstante en el caso de Lieblein, haber enfrentado la peor crisis en la historia de la empresa, por lo que sus mismos empleados hoy despiden a Ernesto con una enorme esperanza de que las cosas cambien. Ojalá así sea para el bien de esta gran compañía.
Confusión de nombres
El lunes escribí que Hiram Almeida andaba en París y, como se pudo evidenciar en la foto, no era él sino Chucho Rodríguez Almeida, exsecretario de seguridad pública con Mancera. Así pues, aclarado el tema, los clientes de Hiram pueden estar tranquilos que no les botó la chamba.