Revelaciones: Soberbia y estupidez

Revelaciones

Soberbia y estupidez

Margarito Escudero Luis

Los tiempos del Coronavirus nos muestran cómo aplicamos valores y educación en nuestra vida cotidiana y relaciones con los demás.

Se debe sumar a eso la ignorancia y desconfianza de muchas personas hacia cualquier actividad que emprenda el gobierno.

Este momento en que la pandemia nos amenaza como individuos y como comunidad, tiempo en que deberíamos actuar con solidaridad y empatía, aún hay muchos individuos que se comportan como si fueran inmunes al ataque del virus que ya mató a más de cien mil personas en el mundo.

Muchos y muchas no respetan la sana distancia, menos el “Quédate en casa” y además se burlan de aquellos que hacen un esfuerzo por respetar las instrucciones de la autoridad sanitaria con el fin de cuidar la salud y la vida tanto propia como de los demás.

La soberbia en una parte importante de la estupidez, pero hay quienes al ver al personal de salud con todo su equipo de protección, responden con risas burlonas despreciando el trabajo de aquellos que se arriesgan para proteger a otros.

Entonces debe actuar una autoridad más coercitiva, con uniforme y armas para obligar a la gente a acatar instrucciones del personal de salud.

¿Por qué llegar a eso?

Así está ocurriendo en Minatitlán y no es de dudar qué historias cómo esta se repliquen en muchas partes del territorio nacional.

Es necesario mencionar que a alguien se le ocurrió decir que el Sarcov-2, nuevo coronavirus que provoca la enfermedad Covid-19, no existe, sólo porque no conoce a nadie que haya contraído la enfermedad y a nadie que haya muerto por esa causa, porque no ve el virus.

Lo peor es que muchos se han encargado de esparcir ese criminal rumor y otros tantos, en medio de su ignorancia, lo han creído.

Así que, si habemos ciudadanos que nos preocupamos por nuestra salud y procuramos salvar la vida acatando las instrucciones de la autoridad, la actitud de unos cuantos ignorantes, tercos e inconscientes, darán al traste con todos los cuidados aplicados y se encargarán de esparcir la enfermedad contagiando a muchos, incluyendo a los que decidieron quedarse en casa.

La pandemia está sacando a flote lo bueno, lo malo y lo peor de las personas. Estamos viendo acciones solidarias, benefactoras, contrastando con actitudes ruines, llenas de egoísmo; pero también vemos una gran dosis de ignorancia, desconfianza y apatía para con una actividad comunitaria.

En suma, los mexicanos aún no hemos aprendido a hacer equipo, a vivir realmente en comunidad, a ser empáticos, sobre todo en este momento en que la vida de todos está en juego.

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