PAN sacó al PRI de Los Pinos a patadas y ahora lo quiere regresar en algodones

Carlos Ramírez

Si la historia suele ser circular, ahora el PAN y el PRD parecen llevar esa tesis al extremo: luego de haber echado al PRI de los Pinos-la presidencia a patadas en el 2000, ahora el PAN y el PRD se están asociando con el mismo PRI del 2000 para regresarlo al poder en el 2021 y a la presidencia en el 2024.

En veinte años demostraron el PRI, el PAN y el PRD que carecen de sentido histórico, que no tienen ninguna propuesta transicionista, que todo se reduce al oportunismo y que la política es conveniencia sin memoria.

La alianza opositora tendría sentido si se diera en un escenario de reflexión política, de propuesta transicionista y hasta alternativista y de nuevas élites políticas. Lo que hasta ahora el PAN y el PRD y sus bases panistas y perredistas no han querido entender es que se trata del mismo PRI de siempre, del PRI neoliberal de Salinas de Gortari, del PRI marcado por la corrupción de Peña Nieto y del PRI controlado nada menos que por José Murat Casab, con todo lo que ello significa.

Sumido en el desprestigio por los datos de corrupción, perdiendo posiciones como fichas de dominó cayendo y sin un relevo de élites políticas, ahora el PRI puede ser salvado de manera electoral por el PAN y el PRD sin haber pasado por el juicio real de la historia.

Por sí solo, el PRI fue repudiado por el electorado en el 2018: 7.6 millones (13.5%) de votos presidenciales, 48 (9.6%) diputados, 13 (10%) senadores, 11 (34%) gubernaturas y expectativa de perder 8 gubernaturas adicionales hoy en su poder de las 15 en disputa en el 2021. Pero he aquí que el PAN y el PRD llegan en su auxilio y le ofrecen al PRI una alianza a la que sólo puede aportar desprestigio. Y si bien se analizan los escenarios, el objetivo del PRI en el 2021 es usar de manera burda al PAN y al PRD como salvavidas y potenciarse como cabeza de una alianza pluripartidista para poner a un priísta en la candidatura presidencial para el 2024.

Lo grave para la alianza PRI-PAN-PRD radica en el hecho de que el PRI actual, el de Alejandro Moreno Cárdenas, no pudo conseguir una autonomía política e ideológica relativa, quedó atrapado en las redes de Murat Casab y sobre todo responde a los intereses del grupo de Peña Nieto que se apoderó de las bancadas legislativas. El PRI de Luis Videgaray es el que domina al partido, en tanto que el PRI de Miguel Osorio Chong fue marginado por las intenciones del expresidente Peña Nieto de catapultar como candidato priísta presidencial en el 2024 a su primo Alfredo del Mazo Maza, actual gobernador mexiquense y cabeza del sobreviviente Grupo Atlacomulco.

En la alianza tripartita el PRD de Los Chuchos no cuenta porque está controlado por el poder político de Murat Casab. No debe olvidarse que Murat como pieza de Peña Nieto fue el encargado de convencer al PRD de Jesús Ortega y Jesús Zambrano de firmar el Pacto por México para involucrarlo en el neoliberalismo salinista 2.0 y que esa alianza provocó el reposicionamiento de Andrés Manuel López Obrador y Morena como la alternativa al PRD salinista-peñista-muratista.

Al calor de su alianza con el PRI y con el PRD, el PAN ha revivido su historia oculta: cuando fue potenciado como partido por el Plutarco Elías Calles poscardenista como una gran alianza de derecha con los sectores anticardenistas, como lo analizó el politólogo Diego Velázquez en La influencia de Plutarco Elías Calles en la fundación del PAN (http://indicadorpolitico.mx). Es decir, que el PRD nacido del seno de la Corriente Democrática del PRI y del PAN influido por el Elías Calles en su fase poscardenista han encontrado en el PAN actual la cabeza de playa para un nuevo desembarco en el sistema político priísta.

La alianza del PAN y el PRD para revivir al PRI de Peña Nieto le ha puesto fácil el escenario a Morena porque los expedientes de corrupción destapados en estos meses exhiben el verdadero rostro del PRI que quiere ser reinstalado en Los Pinos por el PAN y el PRD.

Las alianzas opositoras son necesarias y muchas de ellas se asumen, como dicen los transicionistas, “tapándose las narices” porque huelen mal. Pero ahora se trata de que el PAN y el PRD quieren reinstalar al PRI en el poder que el PAN y el PRD ayudaron a sacarlo del poder.

Paradojas de la política mexicana, pues.

Deja un comentario