Cri Cri, más famoso que Mickey Mouse… y Disney no lo pudo comprar

Que estábamos -los que estábamos- haciendo el 14 de diciembre de 1990? Es una de esas fechas en que todos los mexicanos de todas las edades lo recordamos, exactamente: todos estábamos evocando los momentos más felices de nuestra niñez. Esto al escuchar la noticia sobre la muerte de Francisco Gabilondo Soler… un bello niño que sólo tenía 83 años.

Vivía en San Miguel Tocuila, un pequeño poblado cercano a Texcoco que no llegaba a los 2 mil habitantes… al fin en la única casa propia que logró tener y eso, cuando ya había cumplido casi los 70 de edad. Platica su nieta Bárbara que aquella mañana se desayunó huevos con tocino, jugo y se fue a recostar. Se quedó dormido… hasta la fecha.

El año se nos había ido en los martillazos para el derribo físico del ‘muro de Berlín’, que en la revuelta popular, en las protestas, en el paso libre por la frontera entre las dos Alemanias y en el discurso político, había caído en las últimas semanas del 89. Y sufríamos el estallido ese año de la Guerra del Golfo Pérsico, con la advertencia aterrorizante de que el ataque de EU a Irak podría derivar en una crisis bélica nuclear.

Pero de pronto comenzó a sonar en todas las estaciones de radio… en todos los canales de televisión… un piano solitario al que se va incorporando el violín, con la rúbrica… el verdadero himno nacional que habita en lo más profundo de nuestros pensamientos: “¿quién es el que anda aquí, es Cri Cri? ¿y quién es ese señor? ¡el grillo cantooooor!” Quién sabe si el dulce dolor de aquel día tenía que ver con el célebre y lejano anciano de las abundantes patillas blancas al que casi nunca vimos… o si tenía que ver con la imposible necesidad de regresar el tiempo para instalarnos en nuestras risas al imaginar la caída del Chivo Ciclista… o en nuestro quedo llanto al imaginar… imaginar… ¡imaginar! la soledad de la abandonada Muñeca Fea, que al sentirse olvidada lloró… lagrimi-tas-dea-se-rrín.

La semblanza artística de Gabilondo Soler se puede consultar en todos lados. Sin embargo hay que buscar la biografía de Gerardo Australia; está editada por la fundación familiar que cuida y lleva su nombre… las fotografías que conservan son valiosísimas por lo que en sí mismas dicen (acá compartimos algunas de ellas) y en la portada se remata con la firma de lo que don Pancho jamás dejó de ser: un niño. Con ilusiones. Su verdadero logro de vida. En 1963, Carlos Amador produjo la película ‘Cri Cri, el grilito cantor’… protagonizada por Ignacio López Tarso y Marga López. No es la biografía puntual del célebre compositor y creador de fábulas que parecía más griego que veracruzano… nuestro Esopo azteca.

En realidad se trataba de una cinta comercial con fines de beneficencia, cuya principal intención era recaudar fondos para el entonces existente IMPI… el Instituto Mexicano de Protección a la Infancia, comandado por la Sra. Eva Sámano -esposa del entonces presidente Adolfo López Mateos-. Como una anédcota relevante de la cinta queda la animación de ‘los Tres Cochinitos’ que hizo el mismísimo Walt Disney. Éste se había percatado de que en nuestro país la gente conocía más al grillito que a Mickey Mouse. Había que comprarlo. Lo de la animación era un buen paso de acercamiento. Disney habló el tema con Rosario Patiño… ex esposa, pero por siempre representante de Gabilondo. Ella explicó que en tanto los personajes de éste eran visualmente memorizables, los de Gabilondo eran, como lo sigue siendo, distintos en la mente de cada niño. Y que lo único importante a preservar era su naturaleza musical. Fin de la no negociación.

Muy importante citar con más detalle el nombre de Rosario Patiño… además de su primera esposa, fue su compañera de vida. Fue la mujer gracias a la cual, llegó a donde llegó. Ella se colocó gerente de ventas de la XEW… le consiguió aquel primer programa y partir de entonces más allá del divorcio, se hizo cargo de su carrera por siempre. ‘Mamá patito’ le dicen en la familia. A ella está dedicada La patita que va al mercado, que cuida el dinero para darle de comer a sus patitos y que tiene que lidiar con un pato sinvergüenza y perezoso, que un juguetona alusión hace Gabilondo de sí mismo.

En lo musical, fue genial… envolviendo sus fábulas en cualquier ritmo: polkas, rancheras, valses, foxtrots, huapangos, tangos, sones. Pero siempre como con un pincelazo de jazz, que digamos, musicalmente era su firma. En medio, el amor imposible y la discriminación aristocrática de la Reina de las Abejas con el trinche jicote aguamielero. En medio la ingenuidad infantil y la ternura de la que pudiera ser su canción más bella y sutil: El venadito. En medio, la vigente duda existencial sobre el paso el tiempo: “Di porqué, dime abuelita…. di porqué eres viejita, di porqué sobre las camas… ya no te gusta brincar”. Paréntesis. Su popularidad la hizo consigna en el movimiento de 68, con dedicatoria a Díaz Ordaz: “Di porqué, dime Gustavo, di porqué eres cobarde, di por qué no tienes madre, ¡dime Gustavo por qué!”. Más allá de los discos en su propia voz, ahí están grabaciones de Pedro Infante, Pedro Vargas, Tin Tan, Xavier López Chabelo, Eugenia León, Emmanuel, Plácido Domingo, Mirelle Mathieu… y dejo para el final al comediante Flavio, que en los años 70 hizo colección extraordinaria de 5 ó 6 seis Lp’s, poniendo a cada canción, la voz imitada de personajes de época: el partido de canicas en el que ‘aparecen’ Arturo de Córdova, Agustín Lara, Pedro Vargas, Carlos, Neto y Titino; la Canción de las brujas con Tin Tan y Chabelo; Omar Jasso El Mocosón narra la aventura de El chivo ciclista, Cantinflas es el Gato de Barrio, Joaquín Pardavé tira el grito de El Ropavejero etc. Y hoy en día, hay que agradecer al muy fino actor Mario Iván Martínez que mantenga viva en los escenarios, con la mayor dignidad, la obra de Gabilondo Soler.

Dejemos pues hasta aquí el recuerdo a un autor-compositor sin par, que tuvo tiempo de ser… sin que nadie se enterara. Estudió apenas hasta 6to. de primaria… cambió la escuela por los libros. Siempre tuvo una mala relación con su mamá, que nunca lo entendió… pero fue profundamente amado por su padre. Campeón welter estatal y semi-completo nacional de box; torero en su juventud. Fue torero… se que se vistió de luces. Asfixiado que un día dijo en su casa ahorita regreso, se subió a un barco carguero y se fue tres años a la mar. Hombre de carne y hueso… se casó tres veces y tuvo seis hijos. Astrónomo más que aficionado… presidente en algún tiempo de la Sociedad Mexicana de Astronomía.

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