Día tras día los medios se hacen eco del devastador efecto que el COVID-19 está teniendo en algunos de los grupos de población más vulnerables.
Los primeros que nos vienen a la mente son los ancianos y las personas con perfiles de alto riesgo debido a enfermedades crónicas de distinta naturaleza. De hecho, estos grupos han sido los primeros en ser vacunados contra esta enfermedad. Pero, ¿qué pasa con las embarazadas? ¿Deben o no considerarse más vulnerables frente al nuevo coronavirus?
Sorprendentemente, a estas alturas no tenemos claro si las embarazadas y personas gestantes experimentan la infección por SARS-CoV-2 de forma diferente a las demás mujeres. Lo que es peor, tampoco hay evidencias de que puedan transmitir el virus a sus recién nacidos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha propuesto resolver las grandes incógnitas que rodean a este grupo de población tan frágil e ignorado durante la pandemia.
En verano lanzó una convocatoria para formar parte de un estudio internacional en el que participan centros de América, Asia, África y Europa unidos por un mismo objetivo.
Quieren analizar si la infección por SARS-CoV-2 en embarazadas aumenta el riesgo de efectos adversos. Pero también estimar el riesgo de transmisión del virus de madre a hijo durante el embarazo, el parto y el postparto (incluyendo el período de lactancia). Asimismo, se estudiará la transmisión de madre a bebé de anticuerpos contra SARS-CoV-2.
No parten de cero, por suerte. Investigaciones previas han demostrado que la infección por SARS-CoV-2 durante el embarazo se asocia con un mayor riesgo de hospitalización, ingreso en la unidad de cuidados intensivos y ventilación mecánica. Aunque no se ha identificado, hasta el momento, que esto suponga también un mayor riesgo de muerte.
¿Corren más riesgo por COVID-19 las mujeres embarazadas?
El estudio comenzó en enero de 2021 y se basa en el reclutamiento prospectivo, digamos que a “tiempo real”, de aquellas madres embarazadas que lleguen a los distintos hospitales colaboradores con síntomas de COVID-19.
El Área de Investigación en Vacunas (AIV) de Fisabio (Fundación para el Fomento de la Investigación Biomédica y de Salud de la Comunidad Valenciana), en colaboración con los departamentos de Ginecología y de Pediatría del Hospital Universitario Dr. Peset de Valencia, representarán a España en el estudio prospectivo, en el que también participan otros países de todo el globo, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Kenia, Burkina Faso, Malawi, Ghana, Filipinas, Irán, Pakistán y Myanmar.
Eso significa que el continente europeo estará únicamente representado por España, uno de los países europeos más castigados por la pandemia.
El proceso será el siguiente: previa PCR, las mujeres embarazadas se clasificarán en el grupo de controles (no expuestas al virus, es decir, con resultado negativo para PCR, contrastado por un resultado también negativo en serología) o en el grupo de casos (aquellas cuyo resultado de PCR ha sido positivo para SARS-CoV-2).
Ambos grupos serán comparados y se prestará especial atención a aquellos parámetros de salud relacionados con el embarazo y las 6 primeras semanas de postparto (también se hará un seguimiento de los recién nacidos hasta 4 semanas después del parto).
Se prevé que el estudio dure al menos un año. El objetivo es alcanzar un número de casos y controles lo suficientemente representativo como para extraer conclusiones significativas sobre el riesgo que la COVID-19 entraña en las mujeres embarazadas.
Por el momento, y dado el contexto actual y la epidemiología de la COVID-19 en España, se estima que al menos entre 20 y 40 casos de embarazadas con diagnóstico positivo por COVID-19 serán reclutadas en Valencia.
Los resultados obtenidos serán de extrema utilidad para caracterizar el curso y la progresión de la COVID-19 durante el embarazo. Además, servirán para desarrollar guías y recomendaciones tanto para las madres como para los recién nacidos en el contexto de seguridad durante la pandemia.
¿Deberían las embarazadas considerarse un grupo prioritario en la vacunación?
Conviene tener presente que el conocimiento generado en este estudio será clave para determinar la política de vacunación de COVID-19 en embarazadas.
Ellas y las personas gestantes no han tenido apenas representación en los ensayos clínicos publicados para las distintas vacunas disponibles hasta el momento.
Sin datos fiables a nivel mundial sobre el riesgo que la enfermedad supone para ellas y sus recién nacidos, no es posible sustentar la priorización en la vacunación de gestantes con respecto a otros grupos vulnerables.
Finalmente, cuando la vacunación contra el COVID-19 sea accesible para ellas, también habrá que estudiar la transmisión de madre a bebé de anticuerpos generados por la respuesta inmunitaria de las vacunas contra el SARS-CoV-2.
En este artículo hemos planteado algunas de las cuestiones más importantes sobre la naturaleza del COVID-19 en embarazadas.
Gracias a la colaboración internacional orquestada por la OMS y el esfuerzo de todos los centros participantes, estaremos un paso más cerca de despejar las grandes incógnitas que la enfermedad plantea en las embarazadas y personas gestantes.