Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, empujó a un manifestante -aparentemente profesor- que le reclamaba que haya llegado a Aguililla en helicóptero.
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, visitó este martes el convulso municipio de Aguililla, donde se encontró con el reclamo de un pequeño grupo de personas que lo increparon por trasladarse a ese lugar en helicóptero y no por tierra, para darse una idea de lo que sucede en la región de Tierra Caliente.
Molesto por la inesperada recepción, el mandatario perredista bajó de la unidad militar en la que se transportaba y, dirigiéndose a uno de los manifestantes, le propinó un empujón.
Silvano Aureoles se dio la vuelta y regresó al vehículo que estaba totalmente custodiado por elementos del Ejército y civiles armados.
Fuera, fuera”, le gritó la misma mujer.
Posteriormente, uno de los hombres que acompañaba al mandatario arrebató las cartulinas al hombre y le hizo señas de que se retirara.
De acuerdo con reportes de medios locales, el hombre agredido -quien estuvo acompañado de su hijo menor de edad- es un profesor rural de nivel primaria.
Silvano Aureoles llegó a este municipio donde nació el fundador y dirigente del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, en medio de estrictas medidas de seguridad. En el video se observan a los policías y soldados cuidándolo.
Su justificación
Posterior al incidente, el gobernador escribió en su cuenta de Twitter que las personas que lo increparon eran “halcones” del crimen organizado.
“En medio de esa situación, nos encontramos una manifestación de halconeros que insultaban y agredían a la Guardia Nacional, al Ejército, a la Marina y a un servidor y yo decidí encarar a uno de los provocadores”, explicó
En Michoacán, prosiguió, “saben que yo los defiendo y vamos a seguir peleando por el respeto a la ley y a las instituciones”.
Además, presumió que cualquier otro gobernador se hubiese quedado en Morelia, pero, a pesar de que me aconsejaban no ir, decidí dar la cara porque “no voy a permitir que cientos de familias vivan amenazadas cada vez que los grupos deciden agarrarse a balazos”.
“Todo el mundo sabe lo que está pasando en Aguililla: violencia, una situación casi de guerra y bloqueos de carreteras que no permiten el paso de productos de primera necesidad, incluso de enfermos de gravedad que no pueden ser trasladados a un hospital”, concluyó.