El presidente Andrés Manuel López Obrador ha empezado a medir la posibilidad de que su partido, Morena, pierda la mayoría calificada en la Cámara de Diputados.
Muchas de las decisiones que se toman actualmente en Palacio Nacional son motivadas por el escenario electoral en el país. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha empezado a medir la posibilidad de que su partido, Morena, pierda la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, aunque mantenga la mayoría absoluta.
Con la mayoría calificada, que hoy Morena alcanza sumando el voto de sus aliados, los diputados de la 4T pueden votar una modificación constitucional sin problemas. Al perderla, el presidente López Obrador perdería su capacidad de lograr que sus iniciativas pasen sin que se les mueva una sola coma. La elección de junio de este año tiene gran relevancia, pues definirá la consolidación del proyecto político del presidente López Obrador, o la posibilidad de que la oposición contenga su avance desde el Congreso.
Todo lo que ha ocurrido en las semanas recientes sobre la posible cancelación de la candidatura de Félix Salgado Macedonio al gobierno de Guerrero, es una muestra de que es muy probable que se aprecie un proceso electoral conflictivo. Los ataques frecuentes del presidente López Obrador y de Morena al INE provocarán que cualquier candidato de este partido alegue fraude y se manifieste en contra del Instituto Electoral en caso de perder, más aún si la diferencia de votos es mínima.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tendrá un papel importante, pues con seguridad ahí se definirán varios de los resultados de la elección en diversos distritos y estados de la República. El rol que ha jugado hasta ahora también motivará que muchos candidatos morenistas busquen llegar a esa instancia en caso de perder. En aquellas entidades donde Morena pierda por estrecho margen, sin duda habrá presiones para cambiar, o de plano anular los resultados.
¿Qué pasará si Morena logra conservar la mayoría calificada en la Cámara de Diputados? Con seguridad, el presidente López Obrador optará por impulsar cambios más drásticos que los que se han visto en la primera mitad de su sexenio. Pero, si Morena pierde esa mayoría calificada, López Obrado recurrirá a su “apoyo popular” para presionar al Congreso a aprobar reformas que él necesita para consolidar su proyecto de gobierno.
Si Morena no logra conservar esa mayoría calificada, la probabilidad de que el Poder Judicial también empiece a desatarse y a zafarse del control al que ahora está sometido por el presidente es grande.
Las encuestas marcan en este momento que es muy probable que Morena gane entre 8 y 10 de las 15 gubernaturas que estarán en juego el próximo mes de junio. También señalan que es muy probable que Morena pierda la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, pero conserve la mayoría absoluta, es decir, obtenga más de 250 diputaciones.
Uno de los factores que influirán en los resultados es la participación ciudadana. Mientras más alto sea el porcentaje de participación, más probabilidades hay de que se registre un voto de castigo al gobierno. Si bien las elecciones intermedias representan menos interés para el electorado y el promedio de las últimas de ellas está por debajo del 45%, el hecho de que casi la mitad de los estados definan gubernaturas puede provocar que se registre una mayor participación ciudadana.
En Palacio Nacional ya miden el escenario que implicaría perder la mayoría calificada en la Cámara de Diputados. Sus análisis se enfocan a cómo manejarán su nueva realidad. Ya viene un mayor endurecimiento del gobierno, que buscará no ceder un ápice en el cumplimiento de los caprichos presidenciales.
