Tremendo escándalo se ha suscitado en el país por la terminación de convenios que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) mantenía con notarías públicas del país en el que se otorgaban cuentas y funciones para el ingreso a los sistemas institucionales a los Fedatarios que les permitían realizar la inscripción de personas morales y físicas. Lo anterior fue mal interpretado por algunos medios de comunicación, articulistas y columnistas, que publicaran que el SAT, a cargo de Raquel Buenrostro Sánchez, había cancelado a un número determinado de Notarías Públicas del país y les había retirado el registro federal de causantes. Lo anterior obviamente no podía ser verdad. Las notarías públicas son concesiones que otorgan los gobernadores de las entidades federativas para que realicen el trabajo de fedatarios al servicio de la sociedad. Y en cuanto al Registro Federal de Causantes igual, pues este trámite no es ningún convenio, concesión o dádiva, es un registro al que cualquier unidad productiva tiene derecho y obligación tener. Desde luego que los notarios se encresparon con tal confusión y mala interpretación, cuando en realidad la vergüenza mayor es que el SAT les haya perdido la confianza e impedido seguir con el lucrativo negocio de registrar empresas ‘factureras’ sin verificar su autenticidad. Se les acabó el negocito a muchos notarios/as. O mejor dicho, la mina de oro que ahí tenían. Sin embargo son muchos los notarios serios y comprometidos celosamente con su deber legal y ellos sí seguirán realizando la función ante el SAT, ya que de mil 766 notarios y corredores públicos registrados se les canceló la función a mil 425, lo que indica que no todo está podrido en ese poderoso gremio. 210 lograron su renovación y 131 más están pendientes de cumplir con algunos requisitos, informó el SAT al respecto. El SAT también informó haber detectado que la mayor parte de empresas que han sido detectadas como ‘fantasma’ provienen de los registradas por fedatarios y no provienen tantas de aquellas registradas directamente ante el SAT. De este tema no discuten ni se ofenden los señores notarios, lo que según se puede apreciar de su queja conjunta es que el público no piense que les han cancelado la patente de fedatarios. El golpe sin duda es muy fuerte para el gremio, pues la credibilidad precisamente era lo que les hacía valer y ahora por unos cuantos el gremio ha quedado manchado… igual y como les está pasando a los científicos del CONACYT, que por unos están pagando muchos.
En el caso de Veracruz, Estado al que le fueron cancelados los convenios con el SAT a 79 notarios públicos hay varios nombres de los cuales la sociedad los tiene señalados como desalmados mercenarios, pero también hay muchos de ellos que pagarán por culpas ajenas y que lo más probable es que hayan actuado de buena fe en el caso de registro de empresas fantasma.