Vivir En el Golfo
Por Rodolfo Herrera
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Sin cumplirse aún dos meses de haber rendido protesta como Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna se convirtió desde ayer en el aspirante mejor posicionado a la gubernatura de Veracruz, cuando el gobernador Cuitláhuac García Jiménez intentó minimizarlo diciendo en conferencia de prensa “no lo conozco”.
La trayectoria de Gutiérrez Luna es ampliamente reconocida en la Ciudad de México defendiendo las siglas de Morena en elecciones como la de la maestra Delfina Gómez Álvarez y como representante de Morena en el Instituto Nacional Electoral; por consiguiente, no es un desconocido ni para el líder del Partido Mario Delgado, ni para el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien se encarga ahora de impulsar la agenda legislativa presidencial con todos los partidos.
Al asumir el pasado 29 de agosto la presidencia de la Cámara de Diputados en la LXV legislatura, no hubo gritos ni impugnaciones, simplemente contó con el consenso unánime de todos los partidos con una votación de 491 votos a favor, una abstención y ninguno en contra, lo que habla del tejido fino a la hora de consensuar con todas las corrientes políticas en San Lázaro.
Desde esa fecha, seguramente con la anuencia de los que mandan en este país, Sergio Gutiérrez Luna inició su caminata por Veracruz desde su natal Minatitlán y de ahí a todo el Estado, haciendo lo que ningún político Veracruzano de Morena ha hecho en tan poco tiempo, solo con dos requisitos que los jarochos reclaman a cada momento, ser informados y ser escuchados:
De esa forma inició el recorrido por el Estado informando qué se hace desde la cámara en favor de los veracruzanos, cómo se distribuye el dinero, cuál es el monto que se aprueba para rubros básicos como educación, infraestructura, seguridad y salud entre otros; asimismo escuchando personalmente a la ciudadanía, a los sectores y a la militancia que los Morenistas tenían abandonada.
Obvio, en su calidad de presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, máximo cargo que solo han ocupado dos veracruzanos, Gutiérrez Luna no necesitó pedir permiso para recorrer todo Veracruz, Estado al que llegó sin tocar la puerta, pero llenando los espacios de acercamiento y atención que Morena había dejado vacíos y desatendidos.
Con un trato fino, amable, siempre dispuesto, relajado y al más puro estilo político al que los veracruzanos están acostumbrados, para Gutiérrez Luna no fue difícil llegar para abrazar a los sectores y simpatizantes a los que nadie se dignaba acompañarlos en un recorrido, brindarles una mano, una sonrisa, escucharlos y contestarles de frente cualquier pregunta por difícil que sea.
Obvio, los que se sentían seguros y bajo control comenzaron a sentir urticaria cada fin de semana, la presencia de Gutiérrez Luna era tan desagradable y perniciosa, al grado que ningún político Morenista lo acompañó, temeroso de despertar la molestia o indiferencia de los que reparten el juego en esta cancha.
La gota que derramó el vaso fue el acto multitudinario del magisterio veracruzano en las instalaciones de la Unión ganadera, donde Gutiérrez Luna fue aclamado.
Pero lo inimaginable llegó, cuando a “alguien” se le ocurrió que debería ser el propio gobernador quien le cerrara el paso a Gutiérrez Luna, fingiendo desconocerlo y diciendo que no lo había visto antes en la lucha política por la entidad ¿Quién habrá aconsejado al mandatario que ese era el camino para acotar las pretensiones del diputado? ¿Quién lo motivó a abandonar el recurso de la política para trepar al ring público al que consideran non grato? Porque el efecto fue precisamente todo lo contrario.
No solo la prensa estatal, sino también la nacional dieron cuenta del desdén con que fue tratado quien hoy ostenta uno de los principales cargos públicos y políticos del país y sobre todo, siendo del mismo partido, lo cual realza nuevamente la frase que dice “Los enemigos de todos los políticos no están enfrente, sino en su propio partido”.
Las fotos donde aparecen el diputado y el gobernador dialogando amablemente llegaron casi de inmediato, quien llegaba a Veracruz y era tratado como si no existiera, ahora tiene todos los reflectores del país a su favor.
La idea sería que la cordialidad, el trato fino y el arte de la política volvieran a prevalecer para deleite de los veracruzanos, solo que ahora, la presencia y ausencia de Gutiérrez Luna por la entidad va a llamar la atención. Ya lo veremos.
NAHLE y AHUED
En sus recorridos, Sergio Gutiérrez Luna omitió hablar mal de sus compañeros morenistas Rocío Nahle y Ricardo Ahued, ambos con aspiraciones a gobernar Veracruz, una de Zacatecas y el otro de Hidalgo, pero eso no fue suficiente para el diputado nacido en Veracruz porque le demostraron que no lo quieren y tampoco les importa hacer política; el Estado de Veracruz y el destino de los veracruzanos es de ellos y punto.