Lo que se juega este domingo

  • “El problema para el PRI es que allá donde tiene alguna fuerza, Morena lo supera con creces, pues comparten una porción de su base electoral. No es el caso del PAN, que es fuerte donde Morena es débil, y en esos lugares cabe la posibilidad de una victoria”.

Jorge Zepeda Patterson // sinembargo.mx

En primera instancia son los ciudadanos de Tamaulipas, Durango, Hidalgo, Aguascalientes, Oaxaca y Quintana Roo los que se juegan algo importante este domingo, pues la jornada dejará como saldo la definición de las autoridades que habrán de gobernar sus destinos los próximos seis años (es un decir, frente al poder central y el narco, tendríamos que preguntarnos cuál es el peso de las autoridades locales en la vida de los habitantes, pero esa es otra cuestión).

No obstante, hay razones por las cuales estas elecciones han llamado poderosamente la atención a escala nacional. Si bien el próximo año habrá relevo de poderes en el Estado de México y en Coahuila, esta tanda ofrece una mejor perspectiva de cómo se presentan los pronósticos para el escenario de cara a la sucesión presidencial de 2024, ya que transcurre en media docena de entidades desde la frontera norte hasta la frontera sur. Las lecciones que de aquí se extraigan dan pistas para examinar los siguientes temas:

La Alianza del PAN y el PRI. Que Morena está pintando de guinda la geografía nacional es un hecho. La pregunta es si esta tendencia prefigura un triunfo arrollador para las próximas elecciones presidenciales o si cabe la posibilidad de una derrota o, al menos, una contienda competida.

Lo que está claro es que Morena arrasa en cualquier escenario en el que PRI y PAN compiten separados y dividen el voto de oposición. Pero eso no demuestra que lo contrario sea cierto, es decir, que su unión redunde en victorias. Y no sólo se trata de un problema entre las dirigencias de ambos partidos, que durante décadas han sido adversarios frontales en algunas regiones y difieren no solo en términos ideológicos sino también en la manera en que operan políticamente, incluso para efectos electorales. Lo más grave quizá es lo que sucede entre las bases.

Para desgracia de la Alianza, en cada entidad se debe optar por un candidato, que por lo general procede del partido más fuerte en la localidad (panista en Aguascalientes, donde este partido domina; priista en Hidalgo donde el PRI gobierna). Parecería que muchos ciudadanos que votan por el PAN no están dispuestos a sufragar por un candidato priista, igual que algunos filo priistas no lo harán por un panista. Es decir, la intención de voto no sería trasladable en automático a otro partido, al menos no la totalidad. Tendremos más elementos a partir de este domingo.

Desplome del PRI. Está claro que el viejo partido será un perdedor en esta jornada, pero habrá que ver la magnitud de la derrota para visualizar sus futuros escenarios. Si los pronósticos se cumplen ahora y en los comicios del próximo año, el PRI terminará el sexenio sin Gobernador alguno. Comenzó con 16 hace tres años y actualmente tiene cuatro, de los cuales dos, Oaxaca e Hidalgo, está a punto de perder. El problema para el PRI es que allá donde tiene alguna fuerza, Morena lo supera con creces, pues comparten una porción de su base electoral. No es el caso del PAN, que es fuerte donde Morena es débil, y en esos lugares cabe la posibilidad de una victoria. En ese sentido, el PRI se convierte en el socio precario en esta alianza. El caso de Durango resulta interesante este domingo porque, si bien es gobernado por el PAN, la Alianza se decantó por un candidato procedente del PRI con cierto arrastre. Un triunfo podría alentar la posibilidad de que el tricolor sea un acompañante útil para generar triunfos y no solo un comparsa de candidatos panistas en futuras elecciones.

Movimiento Ciudadano. Un problema adicional de la Alianza es que, incluso la intención de voto completa del PRI y el PAN, sumadas, se queda corta con respecto a la que detenta Morena. De allí la insistencia de que Movimiento Ciudadano, un partido en crecimiento, se sume al bloque opositor. No será fácil porque esta corriente surgió originalmente como oposición al PRI y al PAN en algunas entidades y muchos de sus simpatizantes serían adversos a esta componenda. Pero incluso si no lo fueran, no está claro que la dirigencia esté convencida de unirse. Los resultados en Nuevo León del año pasado mostraron que en un escenario en el que Morena y la Alianza se neutralizan mutuamente, el MC puede aprovechar la oportunidad para triunfar con un candidato popular. Y aun cuando no sea fácil repetir esas circunstancias, podrían entender que eso es mejor que entrar en una sociedad en la que serían el miembro más débil. En esta elección MC presentó candidato en tres entidades y en ninguna tiene posibilidades, pero los resultados que obtengan, aun cuando no sean categóricos, fortalecerán o debilitarán su premisa de mantenerse separados.

Mujeres. De un tiempo acá las mujeres dejaron de ser una presencia testimonial e hipócrita de una supuesta paridad de género por parte de los partidos, para convertirse en verdaderas protagonistas. Hoy gobiernan en siete entidades y este domingo podrían añadir otras tres a esa lista. El tema importa por muchas razones; entre otras, porque no puede ignorarse que la carrera presidencial es liderada en este momento por Claudia Sheinbaum. En la medida en que un tercio del territorio esté gobernada por una mujer, se responde a la absurda pregunta de si México podría o no estar preparado para tener una presidenta.

Por lo demás, será interesante ver el tono de las campañas, la naturaleza de los ataques, el peso de otras agendas, etc. cuando los rivales son esencialmente mujeres. Tal es el caso de Aguascalientes, donde todas las candidatas lo son, o Quintana Roo en donde las dos punteras también.

En suma, no tendrá el dramatismo de la final de tenis en Roland Garros con Rafa Nadal o las finales del campeonato de la NBA, pero hay algunos suspensos que bien podrían aclararse en la jornada electoral este domingo. Veremos. @jorgezepedap

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