Por Abel Sánchez
• El Tri suma cuatro descalabros ante los sudamericanos en mundiales y casi se despide del certamen.
• Messi respira y sigue soñando con alzar la Copa.
LUSAIL. QATAR. Se perdió, pero tan sencillo no fue!
México demostró a Argentina que no era el flan que creía y con una actuación decorosa, que le duró tres cuartos de partido, cayó 2-0, en el estadio de Lusail, en el segundo encuentro del grupo C, dentro de la Copa del Mundo, gracias a dos excelentes tantos de Lionel Messi y Enzo Fernández, casi para terminar, que le dan vida a su equipo y alargan la jettatura sobre el Tri a cuatro victorias en los enfrentamientos mundialistas.
Antes de arrancar la justa, el arquero pampero Emiliano Martínez señaló que, de todos los partidos de su equipo en Qatar, ante el tricolor, era el más “easy” (fácil) de ganar, pero no contaba con que, frente al cuadro nacional, por momentos, su destino en el certamen estaría en entredicho.
En un marco pletórico de 80 mil asistentes en las gradas del coloso de acero, el de mayor capacidad del torneo, que se dividió casi a la mitad entre mexicanos y argentinos, donde los connacionales hicieron resonar el “Cielito Lindo” todo el tiempo, el técnico Gerardo Martino arrancó con una alineación distinta a la que empató ante Polonia, apostando por una línea de tres atrás, cinco hombres en mediocampo y dos elementos al ataque, perdiendo la continuidad que dio buenos resultados en el debut y haciendo jugar a su equipo sin un nueve natural, algo que nunca había ocurrido en un Mundial.
En cuanto el nazareno italiano, Daniele Orsato, considerado el mejor del orbe, pitó el inicio de las hostilidades, las acciones de peligro no se hicieron esperar en ambas áreas.
Los sudamericanos comenzaron revolucionados y presionando arriba; mientras, el medio campo azteca retenía el balón para lanzar por velocidad en un contragolpe a Hirving Lozano y Alexis Vega. Los obligados eran los azules y los verdes esperaban.
Al minuto 9’, un centro cruzó al corazón del área grande, pero ni Héctor Herrera ni Vega cerraron la pinza. Era un aviso. Una más, al 20’, cuando se intentó una jugada prefabricada, que no prosperó. Hasta ese momento, el planteamiento del “Tata” era correcto y ganaba la batalla en el círculo central.
La respuesta contraria fue hasta el 24’ con un envío pasado, a segundo poste, de Gonzalo Montiel, que se paseó por la zona baja mexicana de manera peligrosa. Otra, al 33’, Messi clavó un tiro libre hacia la portería, pero Guillermo Ochoa rechazó sin problemas.
La mala fue que Andrés Guardado se fue a las regaderas por un problema muscular, al 41’, dando entrada a Erick Gutiérrez, obligando una modificación antes del descanso.
Las últimas aproximaciones antes de ir a los vestidores, se dieron al 45’ en un tiro libre de Vega, que el guardameta rival atajó sin complicaciones; y, al 50’, al sacar César Montes un centro difícil a córner.
Ante un amarrado primer tiempo, el árbitro Orsato decidió terminar e irse a refrescar.
Para el complemento, no hubo cambios adicionales desde el vestidor.
Pero fueron los pamperos quienes avisaron, en los pies nuevamente de Messi, cobrando una falta en las afueras del área, al 51’, por arriba del arco defendido por Ochoa.
Los estrategas, Lionel Scaloni y “Tata” Martino, dieron entrada a piernas frescas para buscar variantes. Por los tricolores ingresaron Roberto Alvarado, Uriel Antuna y Raúl Jiménez. Pero, el del “Piojo”, muy criticado por sacar al “Chucky”, la única arma desequilibrante al frente. De parte de los sudamericanos, lo hicieron Enzo Fernández, Nahuel Molina, Julián Álvarez, Gabriel Romero y Exequiel Palacios.
El empate y la ilusión de dar la campanada se rompió al 63’ ante una desatención en la marca, que derivó en un riflazo lejano de Messi, que meció la redes pese al lance de Memo Ochoa, derribando la muralla mexicana y acallando a la afición. Los albicelestes revivían, con el 1-0.
El cerrojo vino al 86’, en una jugada de pizarrón. El esférico cayó desde un tiro de esquina a Enzo Fernández, quien recortó a Gutiérrez y sacó un derechazo que se anidó en el ángulo izquierdo del marco nacional. 2-0. Era el final, se caía otra vez ante Argentina.
Pese a los cinco minutos agregados, todo se terminó cuando se dio el segundo tanto.
El reconocimiento se lo volvieron a llevar los paisanos que nunca dejaron de alentar, hicieron su parte, al entonar fuerte cada vez que un rival tomaba la pelota, los abucheos, los “¡Oles!” y el “¡Sí se puede!”; pero, lo que más caló fue el: “¡Y ya lo ven, y ya lo ven, en las Malvinas también se habla inglés!”.
Pese a los temores de los organizadores, no hubo brotes de violencia entre los seguidores de ambas escuadras, salvo un pequeño altercado en un sector del estadio al comienzo, quienes se comportaron a la altura, aceptaron el resultado y salieron cada uno por su lado.
Dos anécdotas a destacar: una, Andrés Guardado, “El Principito”, apareció en el cuadro titular para acumular cinco torneos, aunque no concluyó por molestias, pero lo mejor fue que ante los argentinos debutó en Alemania 2006 y cierra su círculo como seleccionado frente al mismo rival; la otra, desde Chile 62, México no se iba en blanco en dos juegos consecutivos. Mal presagio.
Tras el silbatazo final, las caras de “La Pulga” y sus compañeros eran de alegría porque con dos genialidades, su equipo pasó de decepción a favorita otra vez, cuando todo se les complicó al caer con Arabia Saudita en su presentación.
Para los aztecas, el panorama es de terror, ya que deben golear a los árabes en el último encuentro y esperar una combinación milagrosa para buscar su octava clasificación a octavos de manera consecutiva; pero cargan una pesada losa, al ser últimos de grupo con una sola unidad.
Todo parece indicar que la racha de siete certámenes llegando al cuarto partido está por romperse.
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