Maty Huitrón: la bella mexicana que dio la vuelta al mundo por esta fotografía

Su nombre era Maty Huitrón, una joven vedette y actriz de 17 años, que fue convencida con algo de engaños para hacer esta serie fotográfica reconocida por la UNESCO.

A inicios de 1953, los ejecutivos de la revista Siempre estaban empeñados en que el primer número de su publicación fuera inolvidable, para ello se les ocurrió aprovechar la espectacular belleza de una vedette y actriz de 17 años, llamada Maty Huitrón.

El comisionado para retratar a la hermosa joven sería Nacho López, un aprendiz de Manuel Álvarez Bravo, que empezaba a ser reconocido por alejar su obra de los lugares comunes como los políticos y otras élites, prefiriendo mejor fotografiar a la gente común.  

Así, una mañana de enero, fotógrafo y actriz se citaron en un lugar del Centro Histórico de la Ciudad de México para realizar la sesión, pero Nacho fingió que no tenía película para las fotografías, así que le dijo que él se adelantaría a comprar unos rollos y pidió que ella lo alcanzara más adelante. Maty Huitrón accedió, había mordido el anzuelo.

Con naturalidad la actríz, envuelta en un ceñido vestido que dejaba ver su torneada figura,  empezó a caminar por la avenida Madero recibiendo las miradas lascivas, pero sobre todo, los comentarios de los hombres mexicanos de la época. El fotógrafo le iba tomando fotos sin que ella, ni la gente de alrededor lo viera.  

Una vez concluida la osada caminata, la actriz increpó al fotógrafo diciéndole: “oye Nacho, no te mides. No sabes todo lo que me dijeron”, el artista solo le sonrió al saber que su trabajo había resultado como había querido, la Hathor mexicana había quedado inmortalizada para su lente a ratos mostrando un rostro de seriedad y en otros de incomodidad.  

La sesión de seis fotografías fue publicada en el primer número de la revista Siempre bajo el título “Cuando una mujer guapa parte plaza por Madero”, causando regocijo en los mexicanos de la época, no solo por ver a una mujer hermosa, sino por sentirse reflejados en la gente que la observó caminando por la calle.  

No se crea que la imagen no recibió duras críticas en su momento, pues muchos la consideraron una oda al machismo, pero Huitrón amainó los comentarios diciendo que la imagen de ella se convirtió en un suceso que le trajo reconocimiento global sin necesidad de desnudarse, maquillarse en exceso o hipersexualisarse. 

Para 1957 la sesión fue reconocida por la UNESCO, por lo que no tardó en ser exhibida en París y Munich. Carlos Monsivais decidió incluirla en la portada de su libro A ustedes les consta, una antología de crónicas sobre la Ciudad de México.

A inicios del 2000 la fotografía fue declarada como una de las mayores proezas fotográficas del siglo XX, incluyéndola en un timbre postal conmemorativo. Hoy los negativos están resguardados por el Museo Nacional de Antropología.

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