México está prácticamente borrado de la escena internacional por el bochornoso cantinfleo de un populista autoritario que quiere dar apariencia de demócrata.
Uso de Razón
Llamada de atención para México: el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela inhabilitó por 15 años a la principal candidata de oposición para las elecciones del próximo año, María Corina Machado. (shutterstock | bloomberg mercury)
Llamada de atención para México: el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela inhabilitó por 15 años a la principal candidata de oposición para las elecciones del próximo año, María Corina Machado.
Hay que poner las barbas a remojar, o tomar precauciones, porque los populistas autoritarios no entregan el poder.
La reacción internacional esta semana ha sido clara: Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea, condenaron la inhabilitación.
En la reunión del Mercosur, celebrada en Brasil, los presidentes de Chile, Uruguay y Paraguay hicieron lo propio.
Gustavo Petro, presidente de Colombia, manifestó que “ninguna autoridad administrativa debe quitar derechos políticos a ningún ciudadano”.
Treinta expresidentes de la región deploraron la exclusión arbitraria.
¿Y dónde está la condena de parte del gobierno de México?
Silencio. No hay condena porque aquí va a intentar lo mismo en caso de que se sostenga el atractivo de la precandidata Xóchitl Gálvez.
Maduro no va a entregar la banda presidencial a la oposición porque es mucho lo que se juega. Y a estas alturas no hablamos de la derrota de un proyecto, sino de la rendición de cuentas de un grupo político-criminal.
Saldrán a la luz los contratos a un grupo de elegidos. El enriquecimiento de los generales. Las complicidades con el narcotráfico. El despilfarro del petróleo. Los vínculos con Turquía e Irán para saquear el oro de Venezuela y traficar con armamento prohibido en América Latina.
Al presidente de Venezuela le espera un juicio en Estados Unidos por narcotráfico.
Ese es el motivo por el cual inhabilitaron a María Corina Machado.
¿Y el gobierno de México? ¿No dice nada?
Para María Corina Machado no hay solidaridad y menos un reproche a Maduro, porque los gobernantes de allá y de acá son esencialmente lo mismo.
Nuestro Presidente protestó porque el gobierno de Estados Unidos “quiere inhabilitar a la mala” al expresidente Donald Trump.
¿Y de Venezuela, nada? Nada.
México está prácticamente borrado de la escena internacional por el bochornoso cantinfleo de un populista autoritario que quiere dar apariencia de demócrata.
Ayer, en una entrevista con el diario O Globo de Brasil, María Corina fue cuestionada así:
-¿Es Lula el único presidente de peso de la región que no se ha pronunciado?
-Sí. Lula insistió en su deseo de acompañar un proceso de transición democrática a través de elecciones limpias, transparentes y competitivas en 2024, pero en la cumbre del Mercosur dijo que no estaba debidamente informado, imagino que ya lo estará. Dada su cercanía y amistad con Maduro, para los venezolanos y para todos los demócratas del mundo debe quedar claro cuál es la posición de Lula sobre esta aberración cometida por Maduro.
Es decir, México no existe en la región como país con un “presidente de peso”.
Sigue la entrevista (y las semejanzas Machado-Xóchitl):
-El gobierno de Lula dice que quiere contribuir a que Venezuela tenga elecciones competitivas en 2024. ¿Su descalificación muestra que esto es poco probable? ¿Es clave la presión de la comunidad internacional.
-Efectivamente, el chavismo hoy no está dispuesto a hacer concesiones de fondo. El gobierno se dio cuenta de que está surgiendo un movimiento popular, que vamos a ganar las primarias y que las primarias han despertado entusiasmo y esperanza, incluso entre las bases del chavismo. Una de las cosas que más me ha impactado últimamente, en mítines con miles de personas, es la presencia de mucha gente ligada al chavismo. Gente que recibe bonos, cajas de comida, que se desencanta. Los mecanismos de control social se han diluido y la gente me dice que ya no funcionan a base de amenazas. Son personas que ya lo han perdido todo, cuyos hijos se han ido del país. Esto es muy poderoso, y el régimen sabe y no está dispuesto a ceder en cosas que podrían llevarlos a perder el poder, por ejemplo, presentar una elección conmigo.
Así es. Maduro no se expone a la derrota y mantiene el pie sobre la precandidata opositora que en octubre se medirá en primarias con los otros dos prospectos opositores, Henrique Capriles y Freddy Superlano.
Falta un año para la elección presidencial y el gobierno bloqueó a la candidata que le puede ganar.
Veámonos en ese espejo porque aquí puede pasar lo mismo, con otros mecanismos. Reventar la elección, por ejemplo.