No es un oxímoron.
Según encuestas de Palacio Nacional, desde hace semanas el tracking diario habla de un empate técnico entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.
Los números se mueven poco.
Un día un punto a favor de ella, al siguiente empate y luego ventaja de dos puntos del exsecretario de Relaciones Exteriores.
Ninguno da un golpe de impacto a su favor porque así se los ha pedido el jefe y la instrucción es hablar maravillas de él y de su gobierno.
Esos datos son diferentes a los difundidos en encuestas de diferentes compañías, criticadas por López Obrador cuando no favorecen a sus corcholatas.
Según él, desde ahora está decidida la elección presidencial del 2024 porque le dan sus números y los usa para crear la percepción de triunfo de su corcholata.
Pero critica esa estrategia en la oposición porque, dijo ayer en su púlpito, en 2006 y 2012 fue usada por Ciro Gómez Leyva para inhibir el voto y asegurar respectivamente las victorias de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
ESCENARIO DE DEDAZO
¿Y por qué ahora el empate es a su favor?
Porque facilitaría su decisión.
Ya no sería necesario juntar a las seis corcholatas -los propios: Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal; y los entenados: Gerardo Fernández Noroña (PT) y Manuel Velasco (Verde)- para anunciarles su dedazo y pedirles lealtad a toda cosa.
-El ganador es fulano y punto. Todos a respetar el acuerdo firmado.
Ante un empate sostenido, como sucede hasta ahora en las encuestas confidenciales, una de las dos partes quedará inconforme pues puede tomar la inclinación de su preferencia a favor de uno u otro.
O, todavía más audaz: ante el riesgo de división optará por el tercero en discordia y es ahí donde entran las grandes posibilidades -reales en la realidad, y no es pleonasmo- de su paisano y hermano Adán Augusto López.
La corcholata de su máxima confianza desde su infancia en Tepetitán, compañero de juventud, amigo de la familia y garantía de continuidad y protección a toda costa.
Pero falta menos de un mes para cambiar momios.
LAS CAMPAÑAS NEGRAS
1.- Ayer hablábamos de la empresa Heurística Comunicación, SA de CV, a través de la cual se enfoca la “campaña de odio” denunciada por Marcelo Ebrard contra su esposa Rosalinda Bueso Asfura.
¿Quién maneja esa sospechosa compañía?
Iván Silva Yanome, con múltiples contratos a base de jugosas donaciones y en especial en el Gobierno de la Ciudad de México y por supuesto muy ligado a Morena y a su jerarquía.
Entre sus clientes ha figurado el asesinado exgobernador jalisciense Aristóteles Sandoval, un abanico de dependencias federales, gobiernos estatales y ahora Delfina Gómez.
Silva Yanome y Heurística intervinieron en la campaña terminada en junio con la victoria morenista y están garantizados jugosos contratos para el gobierno a iniciar el 14 de septiembre próximo.
Ahora para el equipo de Ebrard el tema es simple: desde ahí se hacen campañas negras para atacarlo porque es el principal contendiente con la jefa de Gobierno con licencia y corcholata favorita.
Por eso pide ordenar la cancelación de los múltiples contratos con el Gobierno federal, los estatales y municipales de aquí, allá y más allá.
Las pruebas las tienen los presidentes de Morena, Mario Delgado, y del Consejo Nacional, Alfonso Durazo, por cierto acusado de omisión ante tantas anomalías en las campañas corcholateras.
Eso se llama simulación.