- Ceci Flores escribe su historia y las de sus desaparecidos: “fue un proceso doloroso pero necesario”
Guadalajara, Guadalajara. – Cansada de la impunidad y la falta de investigaciones que aportaran noticias sobre el paradero de sus tres hijos, Ceci Flores fundó en 2019 el colectivo de Madres Buscadoras de Sonora. En su búsqueda, ella, en compañía de otras madres, ha llegado a desenterrar más de dos mil de cadáveres en fosas clandestinas del país, poniendo al descubierto los extremos a los que ha llegado la violencia en México.
En el libro Madre Buscadora. Crónica de la desesperación, que presenta en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Ceci Flores relata el origen y motivos que la empujaron a levantar la voz junto a sus compañeras, y reflexiona acerca del dolor de sus interminables pesquisas.
Esta es la vida de las madres buscadoras, una historia que aún no está completa porque aún queda mucho que decir, por lo que probablemente deberíamos escribir más libros. Pero lo que tenemos que hacer ahora es visibilizar la verdad de lo que se está viviendo”, declara en entrevista previa con El Sol de México.
“Ha sido un proceso doloroso pero necesario. Ha sido doloroso tener que vivir con la ausencia de mis hijos, tener que ser yo la que escarbe la tierra de un lado y otro, en diferentes partes del país para ver si los encuentro, pero más doloroso ha sido la impunidad de la autoridad que es quien debería hacer estas búsquedas”, agrega.
DEJAR EL DOLOR POR ESCRITO
La activista cuenta que en realidad la escritura de este libro no estaba en sus planes, pero cuando le ofrecieron llevarlo a cabo, dijo inmediatamente que sí, decisión que fue respaldada por sus compañeras del colectivo.
“Escribir un libro es una forma de visibilizar, pero también de dejar plasmada toda la lucha. Un libro va a quedar para siempre, y para siempre tiene que quedar escrito el dolor con el que tenemos que caminar las madres todos los días en la búsqueda de nuestros desaparecidos.
“A mí me gustaría que lo leyeran las personas que se encargan de desaparecer a nuestros hijos; que fueran las primeras personas en leer el libro y que sintieran un poco el dolor que nos han dejado con desaparecerlos, y más que nada del que le dejaron a los huérfanos, que son las víctimas invisibles para las autoridades y la sociedad”, comenta Ceci Flores, quien menciona que el colectivo que encabeza hoy cuenta con aproximadamente dos mil integrantes, en los que ya no sólo figuran madres, sino también padres y otros familiares de los desaparecidos.
ENTRE APOYOS, IMPUNIDAD Y CRÍTICAS
Aunque reconoce que para las acciones de búsqueda que realiza el colectivo, cuyos métodos antes eran conducidos por la intuición, y ahora han podido sistematizar, son acompañadas por autoridades, Ceci menciona que persiste la falta de voluntad en el avance de las indagatorias que deberían realizar esas mismas autoridades.
“Lamentablemente el avance en las investigaciones es lo que yo he hecho. Yo les he entregado todo lo que sé a las autoridades, pero ellos no han hecho nada por encontrar a mis hijos. Eso es lo que nos ha impedido realmente avanzar, la insensibilidad, la apatía y la burocracia”, apunta Flores, luego de aclarar que su labor se limita a hacer los hallazgos, mientras que las autoridades son las que realizan el levantamiento de restos y las investigaciones pertinentes.
A lo largo de la casi media década de vida que tiene el colectivo de Madres buscadoras, por momentos han recibido apoyos por parte de la sociedad para solventar sus búsquedas, sin embargo, Ceci Flores mencionó que en otros momentos ha sido crítica, pues hay quien piensa que los casos de desaparecidos se tratan exclusivamente de delincuentes o narcotraficantes, opinión que espera cambie con la publicación de este libro.
Kevin Aragón //diariodeXalapa