La Centralización de la Salud: ¿Cada vez más lejos de Dinamarca?

Aquí en el Coatzacoalcos permanece un esqueleto de hospital por la incapacidad del pasado y del presente para echarlo andar.

Crónicas del Poder | Por José Luis Pérez Cruz

La reciente reforma aprobada ayer por la Cámara de Diputados, que permite al IMSS-Bienestar quedarse con 110 mil millones de pesos de las entidades federativas para ofrecer servicios de salud, ha generado un debate acalorado.

Aunque los defensores de la reforma argumentan que permitirá avanzar hacia un modelo de salud eficiente, como el de Dinamarca, hay aspectos preocupantes que merecen una revisión crítica.

En primer lugar, la reforma parece socavar el principio de federalismo al centralizar los recursos y la responsabilidad de la atención sanitaria en el Gobierno Federal.

Apenas antier, el director general del IMSS, Zoé Robledo, comparecía ante la Cámara de Diputados y aseguraba que el 98% de las recetas se surten, pero los datos del gobierno indican que 44 millones de recetas no se surtieron en esta administración en todo el sector salud.

Esto podría tener implicaciones significativas para la autonomía de los estados y su capacidad para responder a las necesidades de salud específicas de sus poblaciones.

Además, la concentración de recursos en manos del Gobierno Federal plantea preguntas sobre la rendición de cuentas y la transparencia.

¿Cómo se garantizará que estos fondos se utilicen de manera eficiente y efectiva para mejorar la atención sanitaria?

¿Qué mecanismos de supervisión y control se implementarán para prevenir el mal uso o la mala administración de estos recursos?

Otro aspecto preocupante es el impacto potencial en la calidad de los servicios de salud.

GOBIERNOS, MALOS ADMINISTRADORES

Como señaló el diputado Héctor Ramírez Barba, el problema no es el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud (FASSA), sino la cantidad de dinero que ha dispuesto el gobierno para otorgar los servicios de salud y el retroceso en la calidad de los servicios.

La centralización de los recursos y la responsabilidad puede no ser la solución a estos problemas y, de hecho, podría exacerbarlos si no se maneja adecuadamente.

En resumen, aunque la reforma tiene la intención noble de mejorar la eficiencia del sistema de salud, es crucial que se aborden estas preocupaciones para garantizar que no se comprometa el federalismo, la rendición de cuentas y la calidad de la atención sanitaria.

Sobre todo cuando el Estado ha demostrado incapacidad para solventar a corto y mediano plazo los problemas del sector salud en las entidades.

Sin duda, es esencial un debate más amplio y una mayor participación de todas las partes interesadas para garantizar que la reforma del sistema de salud beneficie a todos los mexicanos y no sea solamente discurso sin sustento de cara al proceso electoral de 2024.

AL OÍDO

El sistema de salud de Dinamarca y México tienen diferencias significativas en términos de estructura, financiamiento y cobertura.

Aquí una sustancial:
Dinamarca destina entre el 10.4 y 11 por ciento del producto interno bruto (PIB) en salud; México, apenas la mitad de la inversión danesa, el dato de 2022 se quedó en 5.8% del PIB.

Aquí en el Coatzacoalcos permanece un esqueleto de hospital por la incapacidad del pasado y del presente para echarlo andar.

Salud #Presupuesto #Estados

Deja un comentario