- Espera un trasplante de hígado; a los tres años fue diagnosticado con hepatoblastoma, un cáncer infantil poco común.
IRMA SANTANDER/ códigoveracruz.com.mx
Coatzacoalcos, Ver. – A sus siete años, el pequeño Abel Fabián está a la espera de un milagro: el trasplante de hígado.
A los tres años fue diagnosticado con hepatoblastoma, un cáncer infantil poco común.
Sin embargo, su vida trata de que sea normal a pesar de las más de 38 quimioterapias que lleva.
Este fin de semana, en una divertida fiesta llena de amor, alegría y diversión, sus padres le festejaron sus siete años, con sus primos, amiguitos de la escuela y de los que conoció en el hospital.
MÁS DE LA MITAD DE SU VIDA EN EL HOSPITAL
Su madre, Fabiola Araceli Cruz González, contó que fue en junio de 2020 cuando tenía 3 años y medio en que la biopsia arrojó cáncer en el hígado en etapa cuatro.
“Empezó con problemas de estreñimiento pero no le detectaron nada, mi esposo al bañarlo le palpó una bolita en su abdomen, lo llevamos al hospital, y ahí nos dijeron que había nódulos en el hígado”, manifestó.
Agregó que ha sido un proceso difícil al ver que más de la mitad de su corta vida ha sido en hospitales.
“Es difícil, el verlo a él que no lleve una vida tranquila y normal como debería ser para un niño y gran parte de su vida la ha llevado en un hospital”, remarcó.
Recordó que su etapa del embarazo fue sin complicaciones, hasta los tres años que cambió todo.
“Yo quería pensar que era otra cosa, que no era cáncer, pero conforme va pasando lo vas asimilando”, explicó.
La señora dijo que tratan que su pequeño lleve una vida lo más normal posible; asiste a la escuela mientras su salud se lo permita.
EN LISTA DE ESPERA
Abel está en lista de espera para recibir un trasplante de hígado y poder mejorar su calidad de vida.
De lograrlo, no recibiría más quimioterapias.
“Mi hijo está en la lista de espera, en el número siete, los médicos harán una sesión médica para darle prioridad por ser un paciente de oncología y porq luego tenemos el tiempo encima”, reveló.
Fabiola es el brazo fuerte de la familia, no obstante, hay días en que su estado emocional se viene abajo.
“Veo a mi hijo y si me siento, él coopera cuando lo van a canalizar, es difícil”, sostuvo.
Describió a su hijo alegre y amoroso,juega como cualquier infante de su edad.
Los papás de Abelito están a la espera del milagro de vida.