Por Edgar Hernández* //Línea Caliente
¿A qué vino a Xalapa, López Obrador?
Ya entrada la tarde del sábado pasado a hurtadillas y en medio del silencio oficial llegó a Cancerología.
De inmediato percibió lo grave de la paciente. De hecho, los operadores le dijeron que estaba en etapa terminal y no había más que hacer ante un cuerpo infectado, invadido por ese cáncer.
Especialistas, auxiliares, equipo de punta y hasta los brujos de Catemaco se declararon ante el
Mesías, el dador de la vida y la muerte, incompetentes para salvarla.
Con la frialdad que lo caracteriza y esa risita burlona el patrón solo atrevió a gruñir: “Ahí está
su próxima muerta… ¡Je, je, je!”.
Esa es la sorna, los dichos, las versiones quesque de primera mano sobre la sorpresiva visita a
la capital veracruzana de López Obrador a donde llegó para pedir cuentas sobre el status
prelectoral de Rocío Nahle.
La versión oficial sobre tan inesperada presencia fue que vino a conocer de primera mano, la
realidad de la salud pública de cara al compromiso presidencial de entregar un sistema de
salud mejor que el de Dinamarca… pero, qué digo Dinamarca “¡del mundo mundial!”.
Fue una visita sorpresiva, a escondidas para que después no lo acusen de andar haciendo
proselitismo por Morena y su esmirriada Claudia.
En realidad a López Obrador no hacía falta venir no solo porque ya hay internet, sino porque
sabe, bien lo sabe, que todos los recursos financieros para el sector salud del estado, o fueron
desviados o regresados al bolsillo federal vía subejercicio.
4 marzo, 2024
A lo que en realidad vino a Veracruz fue a constatar lo que ya se sabe de la tercera reserva
electoral de la república, que no está más con él. Lo abandonó el “Pueblo Bueno” y no quiere
saber más de él.
Vino a comprobar que las encuestas no favorecen a la zacatecana; que se desplomó de estar
22 puntos arriba en diciembre pasado para colocarse en un empate técnico.
Pepe Yunes está un punto arriba según la encuesta hecha por el FAM y, según Morena a dos
puntos de alcanzar a Nahle.
De todas maneras, está bien pelada.
Un empate técnico significa, de seguir la tendencia, que antes de tres meses se traducirá en
siete puntos en favor de Pepe. Esa es la dinámica arrolladora que trae de siete semanas atrás.
López Obrador no vino, por tanto, a ver la desgracia del Hospital de Cancerología, vino a
constatar la división que priva entre sus tribus; la ruptura de Cuitláhuac con Nahle y el
desplazamiento de Manuel Huerta a una posición senatorial de perdedor de seguir el avasalle
pepista.
Vino para constatar que las tribus se niegan a apoyar con capital electoral alguno a la de
Zacatecas, a comprobar que los alcaldes morenos voz en cuello juran apoyo, pero en lo
oscurito están con Pepe.
Desde esta capital, escondido en Cancerología con los morenos aldeanos en conclave, constató
que lo de Pepe ya no lo para ni el crimen organizado.
La gente saldrá a votar. Saldrá a cobrársela a Cuitláhuac. Irá a las urnas para mostrarle al
propio Peje cuanto desprecio le profesa y hacerle patente el repudio por querer imponer a una
zacatecana a 8 millones de veracruzanos.
Le queda claro al llamado Narcopresidente que la voluntad ciudadana quedó manifiesta en los
sondeos demoscópicos en donde el más conservador pone a Pepe un punto arriba, mientras
otros que juegan con los números lo colocan más de 20 puntos arriba.
A López Obrador le quedó muy claro que, de seguir persistiendo en su afán de imponer a
Nahle, crecerán denuncias y revelaciones que no le convienen.
Dos Bocas, aparte de su inoperancia, está plagado de corrupción donde han salido a flote sus
hijos; los negocios de Pemex para los amigos de los hijos; las transas de la Secretaría de
Energía y entregas clandestinas de crudo al mercado negro de Europa.
Corre el riesgo de que emerjan temas oscuros de contratos de la CFE, en donde Nahle como
cabeza de sector estuvo involucrada con el grupo de interés de AMLO.
Muchas otras razones tiene para dejar perder la plaza y ya no hacerla de tos.
Nahle durante la campaña del 2018 fue la mensajera del dinero de sospechosa procedencia,
tema que está en la agenda de la oposición.
Sabe asimismo que la unidad de partidos y sociedad no la puede superar, menos aniquilar a
ciertos personajes conspicuos como Miguel Angel Yunes a quien por más que quiso no pudo
encarcelar… y ya es tarde para hacerlo.
Le conviene, por tanto, entregar la plaza a un honesto, a un demócrata puro, a Pepe Yunes,
para poder justificar así que no metió las manos en las elecciones y manifestar así su más
absoluto respeto a la voluntad ciudadana.
El chiste es salvar lo que debe necesariamente ocultar, las rapacerias de su régimen.
Por ello, habrá de sacrificar a su alfil; la espada de Democles pende y caerá sobre la
zacatecana.
El 2 de junio será decapitada.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodism
* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Palabra de Veracruzano