CLAROSCUROS // José Luis Ortega Vidal
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El inicio de las campañas electorales por la gubernatura de Veracruz no mostró, este domingo, nada que no hayamos visto a lo largo de los tres meses transcurridos desde el 2 de enero al 30 de marzo, con las precampañas y la intercampaña de por medio:
Nomás compiten dos fuerzas -agrupadas en sendas coaliciones- con Rocío Nahle García y José Yunes Zorrilla como abanderados.
De la diferencia abrumadora entre ambos aspirantes reflejada en encuestas durante el último bimestre del 2023, el proceso ha pasado a una competencia real, cuya tendencia es a cerrarse cada día más, al grado de contar con diferencias de un dígito en algunos trabajos demoscópicos.
Las encuestas de abril y mayo darán un acercamiento más preciso respecto al crecimiento o disminución de fuerza de los candidatos.
Se vislumbran dos potenciales escenarios para la noche del dos de junio: el triunfo apretado pero certero de uno de los dos aspirantes o un resultado tan difícil de ser aceptado por una de las partes, que se deba dirimir más allá del OPLE; en tribunales electorales del estado o a nivel federal.
Respecto a ese potencial caso serán muy importantes las lecturas de empresas encuestadoras serias, desde la primera quincena de abril hasta la primera y segunda quincenas de mayo.
De haber continuado la fortaleza de MORENA/PT y PVEM mostrada en noviembre/diciembre, no viviríamos el escenario de dudas que hoy marca la lucha política por la sucesión del 2024 en Veracruz.
¿Qué ocurrió?
¿Por qué el cambio de un triunfo en apariencia anticipado para Rocío Nahle, al inicio de una campaña con lucha férrea donde -lo admita o no- la ingeniera nativa de Río Grande, Zacatecas, depende de sí misma para evitar la derrota?
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Este elemento, el depender de sí misma, remite al agotamiento del respaldo que Andrés Manuel López Obrador y Bienestar significaron y significan para Nahle García…
Contó y cuenta con ellos, pero ya no alcanzan para confiarse como lo hizo meses atrás…
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Las respuestas a las preguntas del argumento (1) atienden a elementos multifactoriales:
Hubo exceso de confianza durante el último bimestre del año pasado y nadie en el equipo de MORENA y aliados analizó -en prospectiva- una pugna cerrada.
Vaya, hubo quienes no pensaron, siquiera, el arribo a una competencia y empezaron a repartirse los tamales antes de cortar los elotes…
El papel del gobernador Cuitláhuac García Jiménez ha representado dos cargas negativas para Rocío Nahle:
a) El nivel de aprobación entre sus gobernados es muy bajo, al grado de afectar la marca MORENA como un producto que ya gobernó y no puede argumentar más que los errores oficiales de hoy son culpa del pasado.
Aunado a ello, en Veracruz no hay logros por presumir en áreas delicadas, de importancia profunda como la inseguridad, la ausencia de inversiones, la infraestructura carretera sumamente dañada de norte a sur, el desempleo, la salud, la corrupción, entre otras.
Todos estos, son elementos de gobernabilidad cuya ausencia pesa en el entramado social y por ende en el político y electoral…
b) La propia Rocío Nahle actuó, desde el final del año pasado, como dueña del poder y no como alguien que debía luchar para obtenerlo.
Desdeñó, alejó, vapuleó al equipo que evitó un peor papel del gobierno en turno: a Manuel Huerta Ladrón de Guevara, a Zenyanzen Escobar García, a Eleazar Guerrero, incluso -aunque le demuestra aprecio y respeto- a Juan Javier Gómez Cazarin…
Hubo más: la hoy candidata cerró las puertas -hasta el momento- a Erick Patrocinio Cisneros Burgos, ex secretario de Gobierno…
Me explico:
Manuel Huerta no es del equipo de Cuitláhuac García pero durante cinco años trabajaron en Veracruz bajo una bandera común: la de AMLO y la de MORENA.
Rivales políticos siempre, Manuel y Cuitláhuac comparten el desdén de Nahle García los días que corren…
Zenyanzen Escobar fue fiel al gobernador y disciplinado ante Nahle; pero hoy lucha por sobrevivir en un distrito difícil -y de donde no es originario- para obtener una curul federal: Córdoba.
A Zenyanzen le ocurre lo mismo que a Juan Javier Gómez Cazarin: su conocimiento de Veracruz les permitiría hacer trabajo a nivel de tierra para la causa de la ex secretaria de Energía y evidente desconocedora del extenso, pluricultural, complejo territorio veracruzano, pero uno de ellos está limitado a pelear por su futuro en la Ciudad de la 30 Caballeros y el otro atiende un Congreso que sólo aguarda por la entrega del poder a sus relevos.
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Rudo, golpeador, peligroso, desleal, Erick Patrocinio Cisneros Burgos es un personaje al que se debe extrañar en la campaña de Seguimos Haciendo Historia.
Rocío Nahle García no cuenta con nadie que conozca los drenajes de la política veracruzana como los ubica -porque los manejó- el nativo de la cuenca del Papaloapan…
Y en el equipo de enfrente se armó -entre enero y marzo- un trabuco de expertos en juego rudo y sucio…
De Eleazar Guerrero, solo vale decir que su envío a la banca fortalece el cobro a su jefe y familiar…
Por otra parte, la permanencia de Esteban Zepeta como líder formal de MORENA en la entidad y acompañante fijo de Rocío Nahle, refleja un error de cálculo al ser el cuitlahuista más cercano a la candidata pero al mismo tiempo caracterizarse por la mediocridad política…
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Hay otros elementos de análisis obligado para entender -y buscar la explicación- del porqué ha surgido y se consolida la competencia en los comicios veracruzanos.
CONTINUARÁ