Denise Díaz Ricardez//Fuera de todo
En días pasados, Beatriz Gutiérrez Müller presentó su libro “Feminismo Silencioso”, el cual evoca una serie de conceptos y reflexiones importantes y un llamado a reconocer y valorar todas las formas de resistencia y lucha por la igualdad de género. Interesante porque las luces de la reivindicación de las mujeres todavía son insuficientes para alcanzar un equilibrio de elementales derechos que nos asisten como mexicanas.
Cuenta que sea la actual primera dama, esposa del mandatario Andrés Manuel López Obrador y todo lo que ello conlleva desde las alturas del poder. No obstante, la autora deslinda eso y anuncia que lejos de ese mundo seguirá en silencio las reivindicaciones democráticas que, a su juicio se han emprendido en el país en el sexenio gubernamental que concluye el 1 de octubre.
En este contexto sus palabras alusivas a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, cuando expuso en la presentación del libro en el zócalo de la Ciudad de México:
“Los que van ahora a gobernar, empezando por nuestra presidenta, por supuesto, pedirles que nunca se olviden de dónde vienen, así de simple, y que si guardamos silencio nuevamente, algo andamos protestando”, dijo la también investigadora luego de anunciar que se retirará “silenciosamente” de la esfera pública.
Y también llama la atención pues enfatiza que cada voz, ya sea ruidosa o silenciosa, es crucial en el camino hacia un mundo más equitativo.
La elección de la palabra “silencioso” es particularmente significativa y puede interpretarse de varias maneras:
1. **Voces no escuchadas**: El término sugiere que muchas mujeres, a pesar de estar en la lucha por la igualdad, no son escuchadas o reconocidas. Estas voces “silenciosas” pueden ser aquellas de mujeres en contextos menos visibles o que enfrentan múltiples capas de opresión, cuyas historias y experiencias a menudo quedan relegadas al olvido.
2. **Luchas cotidianas**: El feminismo no se limita a grandes manifestaciones o discursos públicos. Muchas mujeres luchan por su igualdad en su vida diaria, en el hogar, en el trabajo y en sus comunidades. Este aspecto cotidiano y silencioso de la resistencia es esencial, ya que cada pequeño acto de desafío cuenta en la construcción de un cambio significativo.
3. **Reflexión y contemplación**: El “silencio” también puede referirse a un espacio de reflexión y contemplación. En un mundo ruidoso y a menudo polarizado, Gutiérrez Müller invita a hacer una pausa para reflexionar sobre las complejidades del feminismo, sus desafíos y sus logros. Este enfoque permite un diálogo más profundo y considerado sobre la igualdad de género.
4. **Desnaturalización del feminismo**: Al utilizar “silencioso”, la autora puede estar señalando cómo el feminismo ha sido a veces desnaturalizado o malinterpretado. En lugar de ser visto como un movimiento amplio y diverso, se ha reducido a estereotipos o a una forma de activismo ruidoso.
5. **Inclusividad**: El título también sugiere un enfoque inclusivo del feminismo, que reconoce que no todas las mujeres tienen la misma capacidad o el mismo contexto para alzar la voz. Este feminismo silencioso aboga por la inclusión de todas las mujeres, independientemente de su trasfondo, y destaca la importancia de escuchar y amplificar las voces de aquellas que han sido marginadas.
Y ya de despedida expuso: “Yo, con este libro abrí la puerta a un debate, que no cierro y que continúa porque así es el tiempo, y el aquí y el ahora, ocurren cosas, mañana otras, se discuten nuevos temas, nuevas situaciones pero nunca hay que dejar, pienso, en el fondo, lo que quise decir, quiero decir, y querré decir, nunca hay que dejar de moverse”, aseguró Gutiérrez Müller.
Así que se va pero no se va tanto, el silencio también hace mucho ruido.
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