La diputada panista América Rangel provoca controversia en Donceles por el caso de la menor Esmeralda
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Pido un minuto de silencio por el bebé que fue asesinado en Querétaro”, soltó la diputada local del PAN, América Rangel, en el Congreso de la Ciudad de México, lo que desató una reacción en contra de legisladores de todos los partidos, hasta del suyo, quienes acusaron que en la petición y en el caso en general había revictimización, “oscurantismo”, terror al estilo Alan Poe y que significaba “¡no tener madre!”.
El debate ocurrió el pasado martes 29 durante la sesión ordinaria en el recinto de Donceles y Allende, en el corazón de la capital. El reloj parlamentario marcaba apenas 50 minutos de trabajo legislativo, cuando la panista, destacada por sus posturas provida y contra la comunidad LGBT+, pidió la palabra:
“Para pedir un minuto de silencio por el bebé que fue asesinado en Querétaro. Ya se sabe, por medio de la Fiscalía, que no fue ningún aborto espontáneo, sino que fue un asesinato. El bebé nació vivo y lo estrangularon. Y bueno, pido el minuto de silencio para hacerle un homenaje al bebé, que es un bebé que murió injustamente y que tenemos que reconocer”.
Sin mencionar nombres, la licenciada en Relaciones Internacionales por la UNAM se refirió al caso de Esmeralda, la menor de 14 años que fue violada por un familiar, tuvo un aborto espontáneo y estaba en prisión domiciliaria acusada por la Fiscalía General de Justicia de Querétaro por homicidio doloso; la autoridad pretendía obligarla a pagar 500 mil pesos a su agresor por reparación del daño. El debate se dio dos días antes de que la fiscalía se desistiera de la acusación, luego de la intervención de la secretaria de las Mujeres, Citlalli Hernández, por instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum, el miércoles 30.
Las manos de varias diputadas comenzaron a levantarse con gestos de enojo unas, de incredulidad e indignación otras.
La primera en hablar desde su curul fue Xóchitl Bravo, lideresa de la bancada morenista, quien acusó que la Fiscalía queretana vulneró la privacidad e integridad de la menor en vez de velar por su vida. Aceptó que indigna “cuando a los bebés se les agrede, por supuesto que nos duele porque somos madres”, pero consideró que también debe doler lo que le pasó a Esmeralda y a “miles de niñas” de Chiapas, Oaxaca, Guerrero o de la misma CDMX que son obligadas a casarse y procrear a edad temprana.
La morenista “acompañó” la petición de Rangel, pero también pidió que el Congreso se pronunciara contra los actos de la Fiscalía de Querétaro “por criminalizar a una niña que abortó y hay que decirlo con todas las palabras, abortó no porque ella haya querido, porque no pudo retener al feto, pero además estos desgraciados de la fiscalía, porque no tienen otro nombre, le pusieron una pena económica a una niña de 14 años. ¡Eso es no tener madre!”.
Los aplausos aparecieron entre los pasillos. La división política que suele haber en el congreso capitalino se disolvió de momento.
Alberto Martínez Urincho, de Morena, el primero de cuatro diputados que tomaron la palabra, rechazó la petición de Rangel, con el argumento de que las ideas de esta “nos confunden a todos, porque al mencionar la palabra bebé no se refiere a aborto…, pero se tergiversan las ideas”. La intervención pasó casi desapercibida.
Sin respaldo, ni del PAN
A la propuesta de la diputada Rangel, conocida por la polémica que ha levantado en redes sociales por diversas declaraciones provida y homofobia, reaccionó también su compañera de bancada, Daniela Álvarez, pero sorpresivamente, fue para rechazar su petición.
La legisladora por Tlalpan pidió tener “mucho cuidado” con el pronunciamiento que se pedía al Congreso, pues hasta ese momento existían dos versiones del hecho.
“Una donde el abogado señala que fue un aborto espontáneo, lo cual suena muy lógico porque es una niña de 14 años. Y nadie está hablando de ella, únicamente hablamos de ella para criminalizarla, porque las mujeres ‘con cualquier persona nos enrolamos’. Y me parece que esa es la justicia que tenemos que exigir. No criminalizar a las mujeres y no hacer un pronunciamiento irresponsable, porque cabe decir desde este Congreso que Esmeralda no está sola. ¡Si tocan a una, nos tocan a todas!”
Los aplausos de los diputados de todos los partidos estallaron de nuevo ante la sorpresa de Rangel, quien pidió por segunda vez la palabra para intentar frenar la avalancha de pronunciamientos:
“El minuto de silencio se pidió porque nadie había hablado del bebé, que al final, la vida es el primer derecho inalienable que tenemos los seres humanos… Nadie habló, ni satanizó, ni victimizó, ni revictimizó el caso, solo se habló del tema del bebé”, dijo.
De paso, pidió a la Fiscalía de Querétaro hacer la investigación “que se haga justicia y que caiga quien tenga que caer”. Luego, insistió en el punto inicial, que refrendaba la acusación de la autoridad queretana: “nadie había mencionado al bebé inocente que nació a las 36 semanas, que fue estrangulado y, por lo tanto, fue asesinado”.
Los diputados comenzaron a gritar. La diputada pidió silencio con sus manos y la presidenta de la Mesa Directiva, Marta Ávila solicitó respeto para la de la palabra. Rangel insistió: “Solo es pedir el minuto de silencio por la vida de un inocente que ya no está. Todo lo demás es debate”.
Un minuto por todas las víctimas
Pero en vez de aclarar el punto, la segunda intervención de América Rangel encendió más el debate.
Valentina Batres, de Morena, dijo que era una “vergüenza que aquí una diputada con su opinión y pidiendo un minuto de silencio al mismo tiempo juzga a la persona, eso se llama el acto de victimización, ¿no lo ven? ¿Son miopes?”
Criticó que se pidiera “condenar” a la menor cuando la investigación no ha terminado y pidió a la Mesa Directiva hacer caso omiso de la solicitud del minuto de silencio.
A la indignación se sumó Tania Larios, del PRI, quien reiteró la petición de no criminalizar a Esmeralda y solicitó que el Congreso local se acercara al gobierno y a la Fiscalía, ambas de la CDMX “para arropar a esta niña jurídicamente y no permitir que la violente un fiscal, no permitir que la criminalicen”. Y consideró que el minuto de silencio debería ser “por todas las mujeres que han sido víctimas de violación”.
Brenda Ruiz, de Morena, calificó como “infame” la petición “por ese producto y no por esta niña y por la forma en la que se le destruyó la vida… Si acaso, debemos pedirlo, pero por la tragedia que está viviendo esta niña, tenemos que estar del lado de la víctima y no de los victimarios, para eso se nos eligió”.
Conocedora de los asuntos de la Fiscalía local, Rebeca Peralta, del PVEM, rechazó la criminalización de la menor y destacó que en la CDMX hay, al menos,
“131 carpetas en temas de aborto, pero ¿quiénes lo denuncian? La suegra, el que se dice el papá…Hay niñas con discapacidad que los mismos familiares las han violentado y las obligan a tener ese producto”.
Yuriri Ayala, del PT, y quien hace unas semanas presentó una iniciativa para sacar del Código Penal de la CDMX el delito de aborto, rechazó el minuto de silencio porque, acusó, “se está lucrando con el dolor de una menor, se está revictimizando a una niña cuando su derecho a elegir ha sido totalmente vulnerado, es una menor de edad que fue abusada sexualmente”. Y pidió “no usar el dolor de las víctimas para una agenda política”.
“Censura” vs petición denegada
Sin rendirse en su petición, pese al vapuleo, la panista América Rangel solicitó por tercera vez la palabra. Al concedérsela, aclaró que las morenistas Bravo y Ávila aceptaron su petición. Luego, insistió: “Yo lo único que no quiero es que quede como un mal precedente que en este Congreso no hay libertad de expresión y que se está censurando a una legisladora que piensa diferente a los del partido oficial. El pensar diferente y defender el derecho más importante como seres humanos, que es la vida, es increíble que no se conceda el minuto de silencio para un bebé que ya no está, que está muerto”.
De nada sirvió. Los reclamos siguieron en contra.
Alejandro Carbajal, de la Asociación Parlamentaria Progresista de la Transformación, dijo que la indignación por este caso no es exclusiva de las mujeres, sino de todos. Patricia Uriza, de Movimiento Ciudadano, dijo que a quien se debe castigar es a la persona que ejerció violencia sexual contra la menor.
Elizabeth Mateos, de la Asociación Parlamentaria Mujeres Demócratas, demandó indignarse “ante opiniones fascistas porque tal pareciera que estamos en la época del oscurantismo, donde ahora resulta que hay que aplaudirle al violador, al victimario y hay que castigar a la víctima”.
La legisladora por Iztacalco calificó a la Fiscalía de Querétaro como “retrograda, conservadora, inhumana” y acusó que la exigencia de pagar una multa de medio millón de pesos “es una cosa que si me la contaran de una historia de Alan Poe, no la creería; recuerden que Edgar Alan Poe retrataba la miseria humana en su máximo esplendor. Y de verdad que esta de terror que un fiscal se atreva y esta más de terror que haya un gobierno en Querétaro al estilo de Vox”, en referencia al partido español de ultraderecha.
Con ironía, Víctor Romo, de Morena, aclaró que el debate sobre el tema no era religioso y se puso filosófico: “Ni Adán ni Eva existieron, ni de la costilla de Eva vienen las mujeres, ni Moisés vivió 800 años y la Teoría de la Evolución de las Especies de Darwin sí existe, venimos de los monos; la Genealogía de la Moral de Nietzsche dice que la razón es la verdad. Hoy el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo es lo que ha marcado nuestra evolución”.
Tras 50 minutos de tunda legislativa contra la petición de la diputada América Rangel, la presidenta de la Mesa Directiva, Marta Ávila, sometió a votación la solicitud, “sin criminalizar, sin censurar expresión alguna y esperando las investigaciones sobre este asunto”.
Las manos en contra arrasaron. Solo cuatro se alzaron a favor: las de los panistas Andrés Atayde, el coordinador, Diego Garrido, Laura Álvarez y la misma Rangel.
“No se concede el minuto de silencio”, dijo Ávila y pasó al siguiente punto de la agenda.
Fuente: www.proceso.com.mx