Infancias rotas: las desgarradoras historias de los niños migrantes

Los niños migrantes son los más vulnerables durante los peligrosos trayectos migratorios, enfrentando la travesía de ríos y desiertos, temperaturas extremas, y la falta de comida

Ante las estadísticas que reflejan el aumento de la niñez migrante, Francisco Loureiro Esquer, director del albergue San Juan Bosco en Nogales, Sonora, destacó que los niños son quienes más sufren en estos viajes, muchas veces absurdos y trágicos.

El albergue San Juan Bosco, abierto todo el año las 24 horas del día, es el principal refugio para migrantes en la ciudad. Incluso durante la pandemia de COVID-19, cuando otros albergues cerraron, este continuó brindando apoyo.

En sus 43 años de operaciónha atendido a más de un millón de migrantes de diversos países, desde Rusia hasta Argentina y desde Guatemala hasta Ucrania. Loureiro Esquer, quien creció ayudando a sus padres en la labor del albergue, recuerda que durante más de 20 años fue el único refugio disponible en la ciudad.

Hemos visto pasar a miles de niños por este albergue. Muchos llegan enfermos, cansados, llorando e incluso huérfanos”, comenta. “No sé en qué piensan los padres cuando llevan a niños de dos o tres años caminando por el desierto, arriesgándolos a morir”, reflexiona.

Historias de tragedia llegan a los albergues 

Don Francisco Loureirofundador del albergue y fallecido hace tres años, solía narrar historias desgarradoras, como la de una madre de Oaxaca que perdió a su hijo en el desierto de Arizona. Según relató, el grupo migrante al que pertenecía fue atacado por coyotes, y el niño fue arrebatado de los brazos de su madre y devorado. “Pregunté por qué no lo defendieron, pero solo agachaban la cabeza”, recordaba con lágrimas en los ojos.

Francisco Loureiro Esqueractual director y abogado reconocido en Nogales, comenta que siguen llegando niños de todas las edades, aunque en esta frontera no se percibe el incremento señalado por las estadísticas nacionales.

Actualmente recibimos entre 50 y 120 personas diarias, entre hombres, mujeres y niños deportados de México y Centroamérica. De estos, alrededor de 10 a 20 son menores acompañados por sus padres”, explicó.

Protocolos y desafíos actuales

Loureiro mencionó que ya no llegan niños no acompañados debido a los protocolos binacionales entre México y Estados Unidos, que aseguran su retorno de manera humanitaria a albergues habilitados para ellos. Los menores se entregan exclusivamente a familiares; de lo contrario, quedan bajo tutela del Estado mexicano.

Sin embargo, señaló que la cooperación binacional ha disminuido. Ya no hay agentes del Instituto Nacional de Migración disponibles las 24 horas para atender las deportaciones nocturnas. Esto provoca que los migrantes ingresen sin control, enfrentándose a temperaturas extremas y a la inseguridad.

“Es urgente que el Gobierno de México restablezca la presencia de agentes de Migración para recibir a los deportados y transportarlos dignamente a los albergues”, afirmó.

Impacto de las deportaciones masivas de Trump 

“La experiencia de 43 años nos dice que al inicio del gobierno de Donald Trump habrá deportaciones masivas, como promesa a su electorado”, comentó Loureiro. Sin embargo, añadió que estas deportaciones suelen ser temporales y no causan mayores crisis en la frontera de Nogales.

Nogales es menos conocida que Tijuana, una frontera más transitada por migrantes debido a la tolerancia de California hacia ellos. Sin embargo, su cercanía a los centros de detención en Phoenix y Tucson hace que muchas deportaciones se realicen por esta frontera.

Loureiro denunció las condiciones inhumanas en esos centros, donde, según él, los agentes estadounidenses utilizan las temperaturas extremas como castigo hacia migrantes, incluyendo niños.

Datos alarmantes sobre los niños migrantes 

Según la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), de enero a agosto de 2024 se registraron 113 mil 542 migrantes menores de edad, un aumento del 78.6% respecto al mismo periodo de 2023. De estos, 7 mil 665 fueron deportados, la mayoría provenientes de Centroamérica.

Por Sonora ingresaron más de 65 mil deportados en 2024, de los cuales el 75% llegó por Nogales. La ciudad cuenta con cinco albergues, como San Juan Bosco y La Roca, que tienen capacidad para atender hasta 600 personas, aunque en caso de deportaciones masivas será necesario apoyo estatal y federal.

El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, aseguró que hay suficiente capacidad para atender a los deportados, con hasta 9,800 espacios disponibles a lo largo de la frontera.

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