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Manolo Victorio
La incrustación de Miguel Ángel Yunes Márquez en las filas del Movimiento de Regeneración Nacional es una jugada maquiavélica, manejada desde el poder, representa una «caja china» que nos distraiga del acoso sistemático de Donald Trump quien refiere que el gobierno mexicano ha sido inoculado por el poder de los carteles de la delincuencia, o bien, una «bola de humo» que trae a los morenistas intoxicados con el efecto cucaracha.
Lo cierto es que la agenda sigue marcada por la presencia ominosa del senador boqueño.
La nueva clase política que se mueve en la aldea veracruzana se ha retorcido con el anuncio, pero ha reaccionado con una lógica alrevesada sostenida en el canibalismo partidista, despedazándose mediáticamente en una «cena de negros», en vez de hacer frente común contra el adversario que ya les brincó a estribor con el cuchillo entre los dientes, en abierto abordaje que no alcanzan a frentear, exhibiendo cobardemente los pecados y actitudes pusilánimes de sus propios correligionarios.
Son solados de terracota que han dejado sola a su guía moral, a su dirigente, la gobernadora Rocío Nahle, escudándose en los serenos privilegios del anonimato.
En el estero se pitorrean de ellos.
Y en esta metamorfosis partidista, en este tropicalismo kafkiano, se lanzan culpas en ejercicio de escurrir el bulto.
Ese es el nivel de la política.
Las hostilidades, sustentadas solamente en la saliva, en el discurso ramplón, las continuó este domingo Esteban Ramírez Zepeta, quien declaró, sin siquiera citar al senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, que «en estos momentos no caben las medias tintas ni las simulaciones y consideró que hay senadores de la República del movimiento que deben de hablar del tema de la familia Yunes y de la carpeta azul, en la que están integrados todos los actos de corrupción de dicha familia».
A Huerta no le dio siquiera un ataque de caspa la postura de su dirigente estatal.
Habilidoso, el senador se refriteó un reportaje de La Silla Rota Veracruz, publicado el jueves 30 de enero por el reportero Miguel Ángel León Carmona bajo el cabezal «Nepotismo en Veracruz: 20 familias buscan heredar alcaldías por la 4T».
El senador veracruzano, que robalea (Fidel Herrera dixit) políticamente en las fronteras de la indefinición pues ni se define como aliado, como «defensive tackle», de la inquilina de Palacio de Gobierno, ni se cuadra como soldado de Adán Augusto López Hernández. Navega con el velamen a merced de los vientos de su propia conveniencia política.
Huerta solo ensanchó la lista de los presidentes municipales que desean perpetuarse cuatro años más en la ubre municipal, dejando a un familiar directo, cónyuge o pareja sentimental como candidatos directos de Morena, salvando la prueba de solvencia moral que aplica Morena a través de la encuesta.
Manuel Huerta dijo que hay más de 100 municipios en Veracruz donde las prácticas de nepotismo podrían ser el sello de los abanderados, las candidatas del morenismo.
La estrategia de dejar sembrados en Morena a familiares como hijos, esposos, hermanos y amigos cercanos, como candidatos a las alcaldías, debe frenarse, dijo Huerta.
Nada nuevo.
Los parientes en primer grado, las esposas, esposos, cónyuges y concubinas siguen en abierta campaña para ser nombrados abanderados oficiales.
Respecto a su sospechosa cercanía en relación empática con los Yunes del Estero, Manuel Huerta Ladrón de Guevara dijo sin comprometerse que en la llevada y traída Carpeta Azul existe ya una «sentencia social» gracias a sus señalamientos de saliva y que lo que realmente importa es el ejercicio de las acciones legales que deberán hacer las fiscalías veracruzana y la FGR.
En el deporta de la lucha libre, el senador Huerta hubiese sido alumno aventajado del luchador «Brazo de Oro», por su habilidad de escurrirse a los trancazos.
Verborrea pura de los dos morenistas que manotean al aire y hacen pantomimas como ñeros de barrio cuando sólo fantochean con albures y frases valentonas en lugar de tranzarse a puño limpio.
Vaya generales que tiene la cuatrote.
Auténticos tigres de papel que se esconden en la declaracionitis de banqueta para no enfrentarse al enemigo.
… del mismo costal.
Uno de los municipios de la centena que exhibió el senador Huerta en los casos de nepotismo es Actopan.
La alcaldesa María Esther López Calleja, quien se ha vuelto asidua visitante al balneario «Nace el Río» en «El descabezadero», en loco frenesí inmobiliario, prohíja a su sindico Roberto Utrera Carreto para que mueva toda la estructura municipal en favor de su hermano Eduardo.
La hebra del asunto aquí es la marcada influencia que tiene el ex gobernador Cuitláhuac García Jiménez sobre Eduardo Utrera Carreto, pues el aspirante morenista fue chofer particular del maestro universitario.
En este culebrón del chofer y el señor gobernador, versión región cuatro del filme «El chofer y la señora Daisy» que protagonizaron hace algunos ayeres Jessica Tandy y Morgan Freeman, los actopeños no quieren que haya una imposición en la alcaldía.
El domingo 10 de febrero, un actor que emergió de la lucha social, nativo de la localidad de El Trapiche, Jorge Morales Barradas, a quien le motejan «El potrito», les armó una marcha ciudadana que reunió en caminata hasta el parque central de Actopan, a más de dos mil ciudadanos que fueron por su propio pie, movidos por su propio albedrio, a escuchar un discurso que tiene que ver con la justicia social que esperan los pobladores de los municipios aledaños a la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde (CNLV) respecto a la reclasificación tarifaria, que puso nerviosos a los demás aspirantes de Morena.
Las mismas redes ciudadanas han denunciado en grupos de WhatsApp que después de esa marcha hecha en las narices de los practicantes del nepotismo actopeño, levantaron varias encuestas patito, sacando a Jorge Morales de la ecuación.
«El potrito» sostiene que trae el apoyo de la gente, que lo conocen, que es oriundo del municipio y que no dejará que hagan triquiñuelas para torcer la nominación en la candidatura por Actopan.
El dirigente con funciones de secretario general del Partido Verde Ecologista de México, Edgar Herrera Lendechy, dijo la semana pasada en entrevista para Avanradio Xalapa que el verde sí irá coaligado con Morena para presentar candidaturas unificadas en el Puerto de Veracruz, Boca del Río y Alvarado.
Las candidatos y candidatos saldrán de quienes salgan mejor calificados en la encuesta, aunque en el caso de Alvarado, la nominación podría darse por consenso, ante las pasiones desatadas en La Generosa.
En tanto avanza el reloj electoral, siguen los recorridos, entregas de apoyo, reuniones y proselitismo en calles y redes sociales, pese a que la etapa de intercampaña inició el 2 de febrero y culminará el 29 de abril.
Marisol Delgadillo Morales, consejera presidenta del OPLEVER dijo que los precandidatos pueden participar en reuniones privadas en las cuales exponer temas de carácter general y de interés público, siempre y cuando no se lleve a cabo un llamamiento a votar o hacer alguna manifestación hacia su persona.
«No se debe incurrir en alguna acción que pueda ser considerada un acto anticipado de campaña», advierte.