Por Karla Tovar
La Campeona Mundial en Kobe 2024 se convirtió en la primera Yucateca que sube al podio paralímpico, al conquistar la plata en París 2024; por ello ganó el pasado Premio Estatal del Deporte.
Marzo, es un mes para conmemorar la lucha, la valentía y la determinación de las mujeres que han transformado el mundo deportivo con su fortaleza. En este marco de inspiración y motivación, la historia de Gilda Guadalupe Cota Vera resuena como un eco de resistencia y grandeza. Desde Mérida, Yucatán, con 35 años, ha demostrado que los límites solo existen para ser desafiados. Su vida es un testimonio de lucha, de aceptación y de triunfo.
Licenciada en Ciencias Forenses y con maestría en Criminalística, la especialista en impulso de bala, clase F33, ha dedicado su vida a la búsqueda de la verdad y la justicia. Su historia en el deporte paralímpico comenzó en 2020, durante la pandemia, cuando la vida le presentó uno de sus mayores retos: el diagnóstico de esclerosis múltiple. En un principio, el miedo y la incertidumbre la hicieron dudar de su camino, pero en lugar de rendirse, decidió abrazar su realidad y transformarla en una oportunidad.
Con valentía, Gilda rompió el tabú que la hacía dudar de su capacidad y encontró en el Para atletismo, una nueva razón para luchar. Aceptar su condición no fue fácil, pero convirtió cada desafío en un escalón hacia el éxito. Su enfermedad no fue un obstáculo, sino una aliada que le enseñó a redefinir la fuerza y la perseverancia. En su camino llegó la recompensa: una medalla de oro en el Campeonato Mundial de Para Atletismo Kobe 2024, así como una plata en los Juegos Paralímpicos París 2024, logros que no solo representan su gran talento en el deporte, sino también la voz de todas las mujeres que, como ella, enfrentan una enfermedad y desafían lo imposible.
La yucateca no solo ha roto barreras en el deporte, también en el ámbito profesional. Su pasión por la criminología la llevó a desempeñarse en la Fiscalía del Estado y posteriormente a especializarse en criminología organizacional y empresarial, demostrando que las mujeres pueden destacarse, tanto en el ámbito deportivo como en el profesional.
Gilda, ha demostrado que la fortaleza de las mujeres va más allá de los límites, de los estereotipo y estigmas impuestos por la sociedad, incluso haciendo a un lado el pensamiento de que el hombre es más fuerte que una mujer.
“Por algo somos las que más medallas traemos y eso tiene que ver con toda la lucha que tenemos desde atrás. Me ha tocado convivir con las mujeres medallistas y tenemos ese espíritu de campeonas, de guerreras, de que somos más. Nos da fuerza para demostrar que somos capaces de hacer cosas grandes. Somos mujeres, somos fuerza y somos campeonas”, compartió la medallista mundialista y paralímpica al Comité Paralímpico Mexicano (COPAME).
En el Día Internacional de la Mujer, Gilda se ha convertido en un símbolo de determinación, valentía y resiliencia. Ser mujer es un privilegio, una oportunidad de demostrar al mundo de qué están hechas. Su victoria no es solo personal; es una puerta que se abre para todas aquellas que sueñan con desafiar las normas, que buscan romper los moldes y que desean hacer historia.
“El miedo siempre estará ahí, pero depende de nosotras decidir si nos paraliza o nos impulsa. Es fácil decir ‘no puedo’, pero la verdadera fuerza está en intentarlo, en luchar por nuestros sueños y en sorprendernos a nosotras mismas. Aférrense a sus sueños con todo el corazón, porque cuando lo haces, la vida te sorprende de formas inimaginables”, subrayó.
Los esfuerzos y logros de Gilda nos enseñan que la vida puede sorprendernos con desafíos inesperados, pero tenemos el poder de sorprenderla con nuestra determinación. Su historia nos recuerda que no hay límites para aquellas mujeres que se atreven a soñar, luchar y conquistar.
Foto del escritor: Karla Tovar
