Migrantes enfrentan deshidratación y riesgos extremos por calor en su paso por el sur de Veracruz

Por Osvaldo Antonio Sotelo

Coatzacoalcos, Ver. – Las temperaturas superiores a los 45 grados Celsius que se han registrado en la región sur de Veracruz, especialmente en Coatzacoalcos, están cobrando factura a los migrantes que transitan por esta peligrosa ruta en su intento por llegar al norte del continente.
La exposición prolongada al sol y la falta de agua están provocando casos graves de deshidratación entre quienes cruzan a pie largas distancias.
Uno de ellos es Wilbert de Jesús Quevedo, un migrante venezolano que recientemente tuvo que detener su trayecto tras sufrir una fuerte descompensación por el calor. El agotamiento físico y la falta de líquidos lo obligaron a recibir atención médica urgente, situación que lo obligó a replantear su camino.
“Vengo de un hospital, me pusieron suero porque estábamos demasiado deshidratados. Caminamos por horas bajo el sol, sin sombra, sin agua suficiente. Esto es muy duro”, narró Wilbert.
Wilbert llegó a México hace 13 meses. Durante cuatro meses recorrió el país hasta llegar a Ciudad Juárez, donde trabajó en la construcción ganando poco más de 2 mil pesos semanales. Su objetivo era cruzar legalmente a Estados Unidos, pero su cita en la frontera fue cancelada. Sin recursos ni opciones, decidió emprender el camino de regreso a Venezuela, donde lo espera su hijo de apenas cuatro años.
“Nos sentimos tristes, fracasados. Teníamos la cita para entrar legalmente y nos la cancelaron. En Ciudad Juárez ya no había trabajo, y ahora vamos de regreso, caminando, pidiendo raid, subiéndonos al tren. Llevamos dos meses así”, relató.
El calor extremo en el sur de Veracruz ha vuelto aún más peligroso este regreso. Caminar durante horas bajo un sol abrasador, sin acceso garantizado a agua potable o atención médica, representa una amenaza constante para los migrantes que, como Wilbert, se encuentran en tránsito en condiciones precarias.
Pese a todo, destaca que en su camino ha recibido el apoyo de personas solidarias que les han brindado agua, alimento o un aventón. Estima que en unos tres meses podría llegar finalmente a Venezuela y reencontrarse con su familia.
La travesía de Wilbert pone en evidencia el creciente riesgo que enfrentan los migrantes ante fenómenos climáticos extremos, como las olas de calor, que agravan la ya de por sí complicada situación humanitaria que viven miles de personas en movilidad por territorio mexicano.

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