Indignación por tibia respuesta de la CEAPP ante el asesinato de Avisack Douglas

Periodistas veracruzanos cuestionan la falta de exigencia de justicia y acusan a la Comisión de abandonar su deber de proteger al gremio.

El asesinato de la periodista Avisack Douglas Coronado en medio del proceso electoral ha provocado una oleada de indignación entre comunicadores y trabajadores de medios en Veracruz, quienes señalan como insuficiente y pasiva la respuesta pública de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas (CEAPP). El pronunciamiento oficial, emitido mediante redes sociales, se limitó a expresar condolencias sin una exigencia clara de justicia, lo que fue interpretado como un acto de omisión ante un crimen que vulnera el derecho a la libertad de expresión.

El gremio ha expresado su inconformidad a través de mensajes directos en las plataformas digitales de la Comisión, en donde periodistas cuestionaron: “¿Y la exigencia de justicia?”, “No falleció, la asesinaron”, y “¿Para qué se creó esta comisión?”. Las reacciones hacen eco del hartazgo acumulado por años de violencia contra periodistas en el estado y revelan una profunda desconfianza hacia una instancia creada precisamente para protegerlos. La CEAPP, en su ley de creación, tiene como principios la protección, atención, promoción y garantía del libre ejercicio periodístico, sin embargo, su actuación ha sido señalada como ineficaz y alejada del espíritu con el que fue concebida.

La indignación también tiene un trasfondo político. Bajo la administración estatal de Rocío Nahle, el desempeño de la CEAPP ha sido calificado por diversos sectores como pésimo, caracterizado por la falta de transparencia, ausencia de rendición de cuentas y múltiples obstáculos a periodistas que presentan quejas. Lejos de ser una instancia activa y articuladora, ha sido percibida como una estructura burocrática sin impacto real en la protección efectiva del gremio.

El homicidio de Avisack Douglas no solo representa una tragedia personal y familiar, sino un nuevo golpe a la ya lacerada libertad de prensa en Veracruz, entidad históricamente peligrosa para ejercer el periodismo. Su muerte revive el temor y la rabia de un gremio que ha visto caer a decenas de colegas sin justicia, y que ha sido forzado al silencio, al exilio o a la autocensura. La omisión de las autoridades no es nueva, pero sí cada vez más insoportable, según expresaron varios periodistas a través de comunicados, columnas y redes sociales.

Para muchos, el comunicado emitido por la CEAPP no es un acto de solidaridad, sino una evidencia de su distanciamiento con la realidad que enfrentan los periodistas veracruzanos. En un contexto electoral y de alta vulnerabilidad, la ausencia de una voz firme que exija castigo a los responsables y garantías reales para ejercer el oficio periodístico sella una traición institucional al gremio.

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