ELÍAS CAMHAJI
Más de 850.000 dosis de la vacuna de Pfizer contra la covid-19 han aterrizado este martes en el aeropuerto de Ciudad de México. Se trata del mayor embarque que se ha recibido de la farmacéutica estadounidense desde que iniciaron los envíos al país el pasado 23 de diciembre. El Gobierno ha anunciado que el próximo sábado concluirá el envasado de más de dos millones de vacunas de CanSino y que ya ha comenzado el mismo proceso para 12 millones de dosis de AstraZeneca, que se había retrasado en las últimas semanas por la falta de insumos clave en la cadena de suministro.
La llegada de este nuevo lote de Pfizer fue pasadas las nueve de la mañana y es determinante para concluir con la inmunización del personal de salud que está en la primera línea de atención contra la pandemia. Más de 755.000 empleados sanitarios han recibido la primera de dos dosis. A unos 567.000 ya se les ha aplicado la segunda, según los últimos datos oficiales. Este embarque es suficiente para completar la vacunación del 25% de los trabajadores de hospitales públicos y para aplicar menos de 1.000 dosis que faltan a profesores y empleados auxiliares en Campeche, el primer Estado donde se prevé que se reanuden las clases presenciales. Está previsto que esta remesa se distribuya entre 38 zonas urbanas del país, debido a la red de ultracongelación y la logística que requiere el reparto del biológico.
Las autoridades han enfatizado que en los últimos cuatro días se han recibido 1,6 millones de dosis, tras la recepción de 800.000 de la vacuna china de Sinovac el sábado, y responder a las presiones de las últimas semanas por la escasez y los problemas de suministro que marcaron los dos primeros meses del año. “Es el número más importante que hemos recibido desde que empezó la recepción de vacunas”, ha dicho Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores.
Los altos costos políticos de las demoras de las farmacéuticas han dejado huella en las autoridades, que apuestan a que el envasado local de las vacunas de CanSino y AstraZeneca reduzca la dependencia que se tiene del extranjero. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, tuvo el lunes una reunión virtual con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en la que se puso sobre la mesa la posibilidad de que Estados Unidos compartiera parte de su producción de vacunas, pero la Casa Blanca cerró la puerta a esa posibilidad por ahora y respondió que su prioridad es avanzar con la vacunación de los habitantes de su país. “Ellos van a decir si es posible y cuándo”, ha dicho el mandatario mexicano, que ha adelantado que se discute un nuevo encuentro en abril próximo.
López Obrador ha retomado un discurso nacionalista, en el que espera que el procesamiento local de las vacunas le dé autosuficiencia al país en el combate a la pandemia. México espera todavía más de 100 millones de vacunas terminadas del extranjero, entre los acuerdos que se tienen con Pfizer, la Sputnik V de Rusia y Sinovac, además de las más que se espera recibir por el mecanismo Covax. La sustancia activa de las de CanSino y AstraZeneca también se produce fuera del país. “Todavía no tenemos vacunas suficientes, pero eso se está resolviendo”, ha reconocido el presidente. Unos dos millones de mexicanos se han vacunado, poco más del 1% de la población.
El envasado de vacunas atraviesa varias apuestas importantes de México. Desde agosto se firmó un acuerdo con Argentina y la fundación del magnate Carlos Slim para concluir el proceso de producción de entre 150 a 250 millones de dosis de AstraZeneca para Latinoamérica. En el país ya hay el equivalente a 12 millones de dosis y es capital para el Gobierno destrabar la cadena productiva. Es la vacuna que más ha adquirido (más de 77 millones de dosis de ese contrato) y que también esperan otros países de la región. El caso de CanSino es prioritario porque solo se requiere una dosis, por lo que la vacunación sería más sencilla y su cobertura avanzaría más rápido. Hay un acuerdo por 35 millones de dosis. Las vacunas envasadas en el país están ahora por entrar a una fase de pruebas que dura entre tres y cuatro semanas, y cuyos tiempos no pueden recortarse, por lo que es complicado que se pueda empezar a aplicar en marzo.
Ebrard ha dicho que el próximo envío semanal de Pfizer será el próximo martes con más de 600.000 dosis. También se espera un envío de tres millones en granel de CanSino, aún sin fecha de embarque. Este mes está previsto que lleguen otro tres millones de Sinovac y que se reanuden las remesas de la Sputnik V, de la que solo se han recibido 200.000 dosis de 24 millones esperadas. Sin fecha definida también están 1,1 millones de dosis de AstraZeneca, producidas y envasadas en la India.