El Economista Enrique Campos Suarez
Era hasta un gusto culposo estar al pendiente todas las mañanas, desde muy temprano, de la cuenta de Twitter del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para ver qué barbaridad habría de postear ese día.
Su hora favorita era la mañana y entre sus temas recurrentes estaba su relación con México, lo mismo aplicar aranceles que avanzar con la construcción de su muro. También, esperar sus discursos para ver contra quién explotaba. Y ni hablar de sus encuentros bilaterales con otros líderes del mundo, era inevitable esperar alguna grosería del republicano hacia su interlocutor.
Pero eso se acabó, Estados Unidos ya no tiene un mandatario estridente, que le gusta estar todo el tiempo en los medios, llamar la atención y marcar desde sus dichos la agenda de un gobierno desastroso.
Hoy Estados Unidos tiene un Presidente aburrido, pero que sí gobierna y da resultados.
Joe Biden no emociona, nadie está al pendiente de su Twitter. Pero sí ha logrado que su administración aplique dos millones de dosis de las vacunas contra el SARS-CoV-2 todos los días y que tenga la garantía de que antes del verano, habrá al menos una dosis disponible para cada estadounidense.
Sus discursos duermen, pero hoy logrará pasar por la Cámara de Representantes su paquete de alivio fiscal para la población, que contempla estímulos por 1 billón 900,000 millones de dólares.
Cuando finalmente se logre, en unas horas ese paso legislativo, podemos esperar que Joe Biden aparezca ante las cámaras y con la voz apagada que tiene, hará un alarde de haber cumplido lo que prometió hace menos de dos meses que asumió el poder.
Será la ventaja estadounidense de tener un Presidente que sí gobierna y no sólo se dedica a cultivar su personalidad con una verborrea interminable, sin resultados concretos.
Y esto que está a punto de suceder en Estados Unidos habrá de ser el mejor plan de asistencia económica que pueda tener México, ante la ausencia de una estrategia por parte del gobierno de nuestro país, por la dependencia que tenemos del vecino del norte y por el tamaño descomunal del paquete de estímulos y del programa de vacunación.
México, pues, está a punto de recibir la mejor noticia económica en lo que va de la pandemia y en lo que va de la 4T. La vacunación masiva, más los millones de millones de dólares para que gasten los consumidores estadounidenses habrán de mejorar sustancialmente las expectativas de recuperación de la economía de este país.
Y así, sleepy Biden, a quien el gobierno mexicano le dio la espalda en la campaña presidencial estadounidense, se convertirá en el motor de recuperación de la economía mexicana. Mucho de lo que habrán de consumir los estadounidenses estará hecho en México y muchos de los destinos turísticos que visitarán los vacunados de aquel país, también están en México.
Pero, también lo dicen de aquel lado, there is no free lunch. La presión del gobierno de Biden para que México se meta en el carril del cumplimiento de sus obligaciones comerciales, ambientales y contractuales en materia energética será muy puntual y las posibles tensiones entre ambas administraciones será todo menos aburrido. Ya lo veremos.
Biden, a quien el gobierno mexicano le dio la espalda en la campaña presidencial estadounidense, se convertirá en el motor de recuperación de la economía mexicana. Mucho de lo que habrán de consumir los estadounidenses estará hecho en México y muchos de los destinos turísticos que visitarán los vacunados de aquel país, también están en México.
enrique.campos@eleconomista.com.mx