Por: Atticuss Licona
Si ambos políticos llegan a verse las caras en las elecciones de este año, hay mucho que considerar al respecto.
El ex alcalde de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, precandidato a la diputación federal por Xalapa Urbano por la Coalición PRI-PAN-PRD, tiene muchos puntos a favor en cualquier análisis FODA.
Dentro de sus Fortalezas está haber sido recientemente alcalde de Xalapa, lo que lo tiene aún en el imaginario colectivo y en la mente de miles de xalapeños que se vieron beneficiados con las obras y acciones de su cuatrienio. Cualquier ex alcalde, por bueno que haya sido, o por más malo que haya sido, deja siempre una cauda de agradecimientos que en mayor o menor medida, le representan votos. Américo ya ganó una elección por Xalapa y sabe cuáles son los puntos neurálgicos que debe tocar para impulsarse.
Como parte de sus oportunidades está la sensación (en algunos sectores) de que el alcalde no ha hecho todo lo que se esperaba de él y puede, así, capitalizar ese descontento en sufragios, aunque su aspiración no sea la alcaldía, ya se sabe que los discursos políticos difícilmente irán en el sentido de las leyes que impulsarán.
Tiene debilidades, como por ejemplo haberse alejado -relativamente- de Xalapa al haber ido a trabajar políticamente a Puebla y que, como siempre sucede, también tiene sectores de la sociedad que no quedaron muy contentos con él.
Dentro de sus amenazas está el débil empuje que le representa su partido el PRI, que en la Capital Xalapa de acuerdo a estimaciones comentadas en diversos medios de comunicación, no alcanza ni los 2 dígitos de aceptación e intención del voto, y si encima de ello no se consolida la Coalición para la alcaldía, tendrá que remar contra la corriente pues el Panismo xalapeño difícilmente lo apoyará, aunque vayan en Coalición para la diputación.
Por su parte, muchos se han preguntado cuál sería la opción de Dorheny García Cayetano, quien por cierto confió a Política al Día que el usar el nombre de “Dorheny Cayetano”, obedece a que al haberse criado solo con su madre, es una decisión de vida honrar su dedicación utilizando preferentemente el apellido materno.
Dorheny, en entrevista con Política al Día, se presenta como una joven segura de sí misma, y como dirían los clásicos “sin miedo al éxito”. Se le preguntó cómo ven en MORENA un posible escenario que en la misma boleta estuviera contra Américo Zúñiga y, decidida y sin ambages, comentó “no lo vemos, no creemos que tenga oportunidad”.
Esa seguridad la muestra como su principal fortaleza, al ser una joven mujer surgida de la lucha social que, sabe, llegó a la Cámara Diputados por la coyuntura de la “tómbola”, pero también defiende su inclusión al destacar haber sido Delegada Estatal y Nacional de MORENA.
Conoce cuál es el papel que toman los diputados de MORENA en la Cámara y acepta que “no le servimos del todo al Presidente aprobando todo lo que envíe, pero le servimos menos si no lo hacemos”.
Dorheny tiene la oportunidad de que MORENA se fortalezca con la figura de Ricardo Ahued en la boleta, aunque también admite que no es una condición ‘sine qua non’ para el triunfo pues asegura que “MORENA no es un partido de caudillos, hay cuadros y hay apoyo popular”. Aunado a lo anterior, la oportunidad se pinta guinda en caso de que ella sea elegida para la candidatura a la diputación federal, pues Xalapa fue la 1a capital de un Estado en ser ganada por ese partido, por lo que es no sólo un punto estratégico que no dejarán caer tan fácilmente, sino incluso un bastión emocional de AMLO.
Dentro de sus debilidades está el que no es tan conocida entre la población, y de este mal adolecen casi todos los diputados federales de MORENA, pues en cuanto ganaron, se fueron a concentrar a San Lázaro. La función de los diputados federales ha dejado de ser aquella de ofrecer y bajar recursos y apoyos, por lo que la “gestión legislativa” quedó reducida al mínimo, lo que originó que los diputados federales sean casi ignorados en sus distritos.
Tiene enfrente una amenaza fuerte, y es que MORENA se ha ido desgastando como cualquier partido político. Ha explicado en múltiples ocasiones que no es familiar del Gobernador, pero el imaginario colectivo difícilmente lo verá de otra forma. Ella lo sabe pues asegura que “cualquier día me ven como su sobrina, como su prima, como su familiar cercano o lejano”, y eso le puede generar problemas.
Lo cierto es que ambos cuadros, Américo o Dorheny, Dorheny o Américo, tienen fortalezas y debilidades, y también sus oportunidades y amenazas, que harían de ese posible enfrentamiento en las urnas, una hoguera política muy interesante.