DON JUAN
¿No es verdad, Ángel de amor,
que en esta apartada orilla
no hay que llevar mascarilla
y se respira mejor?.
Es verdad, y no te miento,
que arriesgándome salí,
desde muy lejos de aquí,
burlando el confinamiento.
He venido de muy lejos,
aunque el lugar me lo callo,
a lomos de mi caballo …
para tirarte los tejos.
He amarrado mi corcel,
está todo ventilado;
ya las manos me he lavado
y me he puesto el hidrogel.
Ea, pues, bella señora,
concededme vuestro amor.
Os lo pido por favor,
¡desde hace casi una hora!.
DOÑA INÉS
¡Callad, por Dios, caballero!,
porque es público y notorio
que, aunque vos seáis el Tenorio,
la salud es lo primero!.
Con todo lo que se ha dicho,
yo prefiero no arriesgar,
no me quiero contagiar,
que a mí me da miedo el “bicho”.
Conteneos por caridad,
comportaos con elegancia
y, mantened la distancia
que, es por la seguridad.
Este año no habrá romance,
se rompe la tradición,
… ya habrá mejor ocasión,
con la vacuna al alcance.
Marchad, pues, por la vereda
y no vayáis muy despacio.
Estad en vuestro palacio
antes del toque de queda.
……………………
Malos tiempos corren hoy
para encuentros y reuniones.
¡Huyamos de los follones!.
Y ya, con esto, me voy.
Ya me despido, señores.
Agradezco su atención
y deseo de corazón
¡que vengan tiempos mejores!.
Anónimo
El ingenio de su autor en estas estrofas brilla; tanto, que ni el propio Zorrilla lo hubiera hecho mejor.