Boca del Río, Ver., 29 de enero de 2022.- Y, de principio a fin, la historia tiene el mismo rostro: la ambiciosa, perversa y ciega búsqueda del poder.
El partido es distinto, pero la historia, parte de sus personajes, la trama y el desenlace…casi el mismo.
Le cuento.
Corría el 2004, recién emergido candidato al gobierno de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán; nacido en Nopaltepec, llegaba al World Trade Center (WTC) de esta ciudad.
Decenas, cientos, quizá miles de priistas: simpatizantes y militantes, se desvivían en arengas, porras, vivas, gritos y, todos, enfundados en vestimenta en color rojo o blanco.
Al final, el rojo perduró.
Un autobús, otro, otro, otro y otro desfilaba o permanecía ya estacionado cerca o en áreas aledañas al majestuoso WTC.
De ellos bajaban, como abejas en panal, uno, otro, otro, otro y otro asistente al evento.
Calor sofocante, estridente como todos los calores del puerto de Veracruz.
Una hora, dos, quizá hasta tres o más esperaban la llegada de su candidato.
Ansiosos.
Casi mediodía y sol apretujaba la piel hasta marchitarla, pero los organizadores intentaban amainar el efecto con bolsas repletas de galletas, sándwich y jugos.
Las arengas parecían competir entre si.
El culto a la personalidad cuajaba y cuajaba bien.
Todos rendían pleitesía.
Pero esa historia, era la misma que en años anteriores. Mismo partido, mismos participantes pero protagonistas distintos.
Así: chocante, perversa, fantoche.
Pero hoy, esa historia volvió a contarse.
Solita.
Solo distan unas cositas, que no son muy distintas: no es campaña proselitista oficial, no hay candidato al gobierno de Veracruz, tampoco es el PRI, menos los priistas, y no hay sol.
Si hay una búsqueda, una ambición, un objetivo y, sobre todo, un pretexto: una “sesuda ponencia” para enfilarse, promoverse, rumbo a la gubernatura.
La conferencia magistral de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, sobre la Reforma Energética.
El fondo y el fin no cambiaron: acarreo chocante y grotesco, obreros de Pemex usados para elevar el ego a la buscadora de la candidatura morenista al gobierno de Veracruz.
Buscarían llenar los asientos para que doña zacatecana Rocío no le de uno de sus arrebatos y haga berrinches, pero al final no se logró.
Ni uno, llenar los asientos, ni otro, llegar al berrinche.
Igual que antes: el protagonismo personal rebasó al tema central, la difusión de una Reforma que está en análisis.
Un evento a la usanza priista veracruzana. Por cierto, el conductor del evento era el mismo que alzaba la voz cuando era gobernador Javier Duarte, es más hasta la música de fondo que se usaba en los actos de Fidel Herrera.
¿Le ve usted, parecidos?
En fin.
Una doña zacatecana Rocío Nahle, impulsada por obreros “adiestrados” para fortalecer su ego.
Al final, la reforma eléctrica será el prólogo de otra: la reforma a la Constitución de Veracruz, torcida a modo para hacer a la doña la candidata al gobierno de Veracruz.
Total, hay mayoría morenista en la Cámara para hacerlo.