Esta mañana me levanté con bríos y, al regreso de mis compras (Soriana te regala puntos) vi a un pequeño ciempiés avanzando por el suelo; iba muy rápido, tendido, y no me dio pena ponerme en cuclillas frente a él para admirarlo. “Hola, hermano, llevas prisa” (le dije). “Haste a un lado hijo de tu pinche madre”!, Me contestó el ciempiés. Y llegué a mi casa sintiendo una vergüenza superior.
Cuento corto | Luis A. Chávez.