José Luis Ortega Vidal
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“El tapado” y “el dedazo” son dos referentes históricos del vacío democrático vivido en México durante buena parte del siglo XX…
Durante los 71 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional, operó como regla política de oro evitar cualquier intento -motu proprio- de obtener alguna candidatura a cargos populares, particularmente los de alto rango: como gubernaturas y la presidencia de la República.
“El que se mueve no sale en la foto”, afirmó el sempiterno líder de la CTM: Fidel Velázquez, a guisa de legado folclórico de la dictadura perfecta.
Hay anécdotas por miles sobre políticos marginados de candidaturas al haber fallado a la norma que, en el caso particular de la sucesión presidencial, otorgaba al presidente en turno el poder de inclinar la decisión sobre su relevo sin que nadie ni nada se atrevieran a oponerse….
El nombre del candidato a la silla presidencial mexicana fue guardado -en ocasiones- por muchos meses, al grado de someter al elegido a un proceso de formación sobre política de Estado, sin que él mismo sospechara el objetivo del jefe de Estado.
La decisión final sobre el candidato a relevar al presidente se conoció popularmente como “dedazo”, emblemático término resumen de antidemocracia, concepto vinculado a una cultura de complicidad entre la clase en el poder y la sociedad civil sobre un manejo singular del Estado.
En México el “dedazo” más que un sustantivo peyorativo constituyó durante décadas una forma inevitable de hacer política.
La tensión y la lucha previa al “destape” producto de la orden emitida vía el dedo del presidente en turno, culminó sexenio tras sexenio con alegría desbordada en el equipo del favorecido y tristeza aderezada por una disciplina férrea entre el aspirante malogrado y sus seguidores…
Y tan tan, todos a trabajar “unidos” en torno a su único partido con poder: el PRI.
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El presidente Andrés Manuel López Obrador asegura haber concluido esa etapa antidemocrática de México tras abrir la competencia interna de su partido, MORENA, de cara a la elección del 2024.
El accionar de AMLO eliminó, ciertamente, el sistema del “tapado” al generar el “destape” de aspirantes con posibilidades de relevarlo, con más de dos años de anticipación…
¿Decisión democrática?
Desde luego que no.
Conocidos los aspirantes fuertes ya nomás se espera el “dedazo”.
Se decidirá vía encuestas, dice López Obrador, pero nadie le cree…y con razón.
Si AMLO estuviera impulsando un proceso democrático desde su partido, debería ser la estructura de MORENA, sus líderes, sus cuadros directivos, sus militantes, quienes plantearan las encuestas u otros métodos para definir en tiempo y forma a su candidato presidencial.
Esto no ocurre y es el presidente quien marca día con día el devenir de MORENA.
Más aún, si hubiese un proceso democrático en acción se abriría la puerta a todos los aspirantes con equipo, fuerza, presencia nacional, liderazgo…pero falta uno.
Ricardo Monreal es un morenista con abiertos intereses por participar en la contienda electoral presidencial del 2024, pero de entrada ha sido vetado por el presidente López Obrador.
Para AMLO nomás hay tres aspirantes fuertes dentro de MORENA: su favorita Claudia Sheinbaum, su paisano Adán Augusto López y Marcelo Ebrard, un secretario de relaciones exteriores con quien no simpatiza pero resulta el más poderoso de las tres llamadas “corcholatas”.
De hecho, Ebrard -a diferencia de la jefa de gobierno y el secretario de gobernación- tiene brillo propio y ha construido una carrera política exitosa en forma paralela y a menudo al margen del presidente López Obrador.
Ricardo Monreal no es tan fuerte como Ebrard ni goza del cariño presidencial como Sheinbaum y Adán pero constituye un cuadro serio a la hora de alzar la mano en el más alto nivel de competencia por el poder.
Democracia a medias, democracia en cierne, ajuste en el régimen y el sistema político mexicano, control estrictamente necesario dadas las características de la cultura política mexicana, vacuna obligada para generar estabilidad sucesoria, etcétera…
Lo cierto es que eliminado el “tapadismo” sobrevive el “dedazo”…
O Claudia, o Adán o Marcelo, quien sea nombrado candidato presidencial de MORENA obtendrá tal cargo por obra y gracia del dedo de Andrés Manuel López Obrador…
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El pasado miércoles -ocho de junio- la alcaldesa de Cárdenas, Tabasco, participó de una reunión privada organizada en Acayucan por el diputado federal Valentín Reyes López, representante del distrito electoral XVII con cabecera en Cosamaloapan.
Junto a la edil María Esther Zapata Zapata encabezó el evento el diputado suplente Abel Ramírez, representante de su jefe.
“En esa reunión se acordó trabajar en el proyecto (de) pedirle al licenciado Adán Augusto López Hernández que acepte participar en la precandidatura a la presidencia de la República”, contó Abel Ramírez al reportero.
“Fue una reunión de representantes del partido (MORENA) en la zona sur (de Veracruz), desde el municipio de José Azueta hasta Las Choapas”, detalló el diputado federal suplente.
El evento de morenistas sureños con la presencia de una alcaldesa tabasqueña, ocurrió cinco días antes del magno evento de morenistas en Toluca, estado de México, donde arrancó la pre campaña -no oficial- por la sucesión de gobernadores a realizarse el próximo año en Coahuila y el Edomex.
En Toluca también se mostró el músculo guinda y los afanes de unidad de cara a la “elección” -ya dijimos que será dedazo de AMLO- del candidato presidencial del 2024.
En Toluca, el diputado Sergio Gutiérrez Luna -presidente de la mesa directiva en la Cámara de Diputados y abierto aspirante a la candidatura de MORENA para relevar al gobernador Cuitláhuac García Jiménez en los mismos comicios del 2024- tomó una playera con el nombre de Adán Augusto López y se vistió con ella.
¡En abierto!
Sí, es cierto, adiós al “tapadismo”, los aspirantes están en la palestra, sus simpatizantes se manifiestan de cara a las cámaras y la competencia dio inicio a dos años de la histórica elección donde Andrés Manuel López Obrador entregará el poder.
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Algo interesante de este proceso es la eliminación absoluta del mito sobre una eventual permanencia de AMLO en el poder presidencial más allá del sexenio para el cual fue electo…
Ni chavismo, ni dictadura, ni un México vuelto Venezuela, etcétera…
Andrés Manuel López Obrador se va en el 2024 y muy probablemente todos los caminos lo conducen a “la chingada”, su famoso rancho en Palenque, Chiapas.
He aquí un elemento fundamental en la construcción democrática del país; una prueba del no retorno del PRI al poder.
MORENA tiene múltiples defectos y ha echado mano de miles de priistas para su ejercicio del poder, pero el gobierno actual y el que vendrá no representan la resurrección del PRI.
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Es conocida la amistad y abierta simpatía política del gobernador Cuitláhuac García Jiménez con Claudia Sheinbaum Pardo, quien a su vez mantiene una cercana relación de poder con Rocío Nahle García, secretaria de energía y aspirante -lo mismo que Sergio Gutiérrez Luna- a gobernar Veracruz.
Adán Augusto López/Sergio Gutiérrez Luna…
Claudia Sheinbaum/Cutláhuac García Jiménez/Rocío Nahle García
Así aparecen, a unos días del mega destape en Toluca, estado de México, los acomodos y reacomodos de aspirantes abiertos a la gubernatura de Veracruz dentro de la estructura de MORENA.
La lista es más grande, claro; añadamos a Zenyanzen Escobar García, Juan Javier Gómez Cazarín, Manuel Huerta y hasta Erick Patrocinio Cisneros…
MORENA tiene una caballada gorda e incluye hasta potros fuertes en un proceso de sucesión gubernamental muy adelantado, como nunca había ocurrido…
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¿Y la oposición?
He ahí una pregunta clave.
La estrategia de AMLO al acabar con el “tapado”, ha permitido hasta hoy un juego de equilibrios en MORENA a nivel federal y estatal -caso Veracruz-…
Si bien ahora se deben mover para salir en la foto esta circunstancia cierra, poco a poco, puertas para eventuales fugas de aspirantes y grupos de poder…
“Muévete, pero muévete bien porque de otro modo podrías salir en la foto equivocada”…
He ahí una nueva condición del juego sucesorio…
No es lo mismo aspirar a la presidencia que a una gubernatura pero el destape muy anticipado genera nuevas estrategias y la necesidad de una lectura diaria del tablero político para arribar con fuerza al segundo semestre del 2023 y el primero del 2024, cuando el “dedazo”, las encuestas y las definiciones marcarán los destinos hoy registrados como aspiraciones…
La oposición en Veracruz no cuenta con una caballada tan gorda como la de MORENA donde se podrán dar el lujo de repartir senadurías y diputaciones para calmar las aguas de todos los grupos…
Por ello hay tiro -sí- pero en MORENA…
Para que la alianza Va por México tenga tiro en Veracruz requiere de la alianza de Movimiento Ciudadano y de un acuerdo sin fisuras sobre una candidatura de unidad en torno a un hombre o mujer de imagen limpia, fresca, digna, eficaz para convencer a un electorado que el pasado diez de abril le entregó más de un millón y medio de votos al todopoderoso Andrés Manuel López Obrador…
Con esa entrega del millón y medio de votos se fortaleció Cuitláhuac García Jiménez sobre cuyo futuro existen varias posibles respuestas, de las cuales dos lo ubican como bien integrante del gabinete de Claudia Sheinbaum -de ser electa por AMLO y por el pueblo- o senador de la República…