Después de varios años de adiestramiento fue advertido de lo peligroso que significaba convertirse en un volador de Papantla, por lo que siempre tuvo respeto a la danza
Danytza Flores // Diario de Xalapa
Veracruz, Ver.- Gerardo Cruz Espinoza es actualmente el defensor de la cultura totonaca en el estado de Veracruz, como presidente del Consejo Supremo Totonaca, “El Tata” afirma que se ha buscado mantener vivas las tradiciones del pueblo que representa e inculcarlas entre las nuevas generaciones, a pesar del reto que lo anterior significa.
Gerardo Cruz recuerda que creció en una familia tradicional en la zona norte del estado de Veracruz, en el municipio de Papantla. Desde niño tuvo interés por aprender de su cultura y a los 13 años se acercó con los entonces maestros para aprender la danza de los Voladores de Papantla y la Guagua, las dos danzas más representativas de su tierra.
¿Cómo se inició en la defensa de la cultura totonaca?
Recuerda que después de varios años de adiestramiento, fue advertido de lo peligroso que significaba convertirse en un volador de Papantla, por lo que siempre tuvo respeto a esa danza milenario. Y aunque por miedo pensó en retirarse para trabajar en el campo, regresó para terminar lo que había empezado.
“Tenía un maestro que me decía, lo que tu piensas hacer es muy peligroso, ahí fue cuando yo pensé que no iba poder, entonces me retiré un rato al campo, a trabajar como campesino, pero después aprendí a tocar la Guagua y otros instrumentos de aire”.
“El Tata” afirma que la conservación de su cultura implica contar con vocación de servicio, un don que le fue concedido y que siempre buscó retribuir participando en diversos puestos de representación entre su comunidad para ayudar a los suyos.
Antes de ser presidente del Consejo Supremo Totonaco, participó como secretario de Agente, Secretario de Comisariado, Agente Municipal, Juez Auxiliar, Presidente de la Junta de Mejoras y Presidente de la Asociación Escolar.
En cada uno de estos puestos trató siempre de mostrar su orgullo por ser integrante de la comunidad totonaca, pero también afirma por incentivar entre las nuevas generaciones el mismo orgullo por sus raíces.
Su formación dentro de las danzas prehispánicas inició cuando tenía 13 años de edad y se acercó al Tajín, en donde recibió ocho años de adiestramiento, primero como volador de Papantla y después como caporal de la Guagua, la otra danza emblemática de los totonacos, en la que bailan sobre un reilete portando imponentes penachos.
“En Tajín siempre hubo volador, pero me acerqué porque salí a donde hacen las ceremonias, en donde hacen las fiesta patronal, yo lo vi y me gustó, salí a ver al maestro y le conté que a mí me gustaba, yo tenía 13 años de edad”.
¿Qué se necesita para ser volador de Papantla?
“El Tata” comparte que para ser un volador de Papantla se necesita tener un don especial, temple y cinco años de adiestramiento, ya que se enseña a tocar la música y bailar sobre el mástil que puede llegar a medir hasta 30 metros.
Ambas danzas cuentan de seis integrantes, un caporal que es quien lleva el ritmo con su instrumento musical de aire y cuatro discípulos que son quienes participan en la danza. En el caso de los Voladores de Papantla, estos pueden ser sustituidos cada determinado tiempo, a excepción del caporal, quien lleva de principio a fin la danza.
“Yo les digo que se pongan abusados de lo que diga el maestro, porque ahora la juventud está más pendiente del celular, yo les digo que lo guarden y el que quiere aprende, porque cada uno tiene su don, ellos son los que aprenden, porque es lo que les gusta, es cómo los mandó el maestro creador”.
De esta forma Gerardo Cruz Espinoza pone en manifiesto cómo han cambiado las circunstancias en la enseñanza de las nuevas generaciones, cada vez más atraídas a las nuevas tecnología y tendencias que existen para desarrollarse a esa edad.
Sin embargo, agrega que se enfrente a un reto mayor y es que los alumnos se sientan orgullosos de su lengua materna, afirma que él creció desde pequeño hablando totonaca, aprendió español y lo utiliza solo fuera de su comunidad cuando es necesario, por lo que siempre invita a los jóvenes a no avergonzarse de su idioma y sus tradiciones.
Por todo lo anterior, “El Tata”, quien cuenta con 78 años de edad, asegura que lo que le resta de vida, como ha sido hasta ahora, los dedicará a la defensa digna de su pueblo totonaca y sus tradiciones.