“Érase un hombre a una nariz pegado”


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Es conocida la rivalidad entre Luis de Góngora, poeta cordobés, y, el satírico y burlesco poeta madrileño, Francisco de Quevedo, ambos probos y eximios poetas del Siglo de Oro de la literatura española.
Según sus biógrafos, ambos se conocieron probablemente en Valladolid en 1601, cuando las cortes decidieron cambiar de lugar, de Madrid a Valladolid por orden del rey Felipe III. Desde 1601 hasta1606 la movida cultural de la época se destacó y descolló en Valladolid, el traslado de las cortes implicó una renovación de aire cultural barroca, inédito y sin precedentes, el teatro y la comedia vallisoletana fue intensa y productiva, así, la Cofradía de San José albergó compañías de teatro en un número permitido hasta de 8, eran, las que estaban auditadas y avaladas por la corona, Francisco de Sandoval y Rojas, (Duque de Lerma) el válido del rey, dedicado a la administración, además, entre otras funciones, se dió el tiempo para supervisar y permitir que la estancia de la corte en tierras vallisoletanas sea amena, divertida y con espacios culturales.
También, muchas de las obras literarias fueron impresas en sus talleres editoriales gráficos del editor Luis Sánchez, como, la obra de Cervantes ” El ingenioso hidalgo Don Quijote….” Salió a la luz en una edición limitada en 1604, y así, muchos autores editaron sus libros.
Del mismo modo, el movimiento cultural vallisoletano era promovido por la corte, la esposa del rey, era amante y gran aficionada al teatro, a orillas del Pisuerga se organizaban eventos, kermes, danzas, murgas, iluminando también la actividad cultural en las noches, del mismo modo, los poetas y literatos estaban presentes, como se dijo antes, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, y otros más, estuvieron a lo largo de ese lustro de desborde cultural, derrochando arte y talento ya que el medio así lo exigía.
La producción artística y literaria en Valladolid no tuvo similitud alguna, “El Siglo de Oro” estaba en ebullición.
Es probable que el conceptista y satírico – burlesco poeta, Francisco de Quevedo, aún no haya escrito esos versos irónicos dedicado a Góngora, el superlativo en su prosa era su sello, así se descuelga
Érase un hombre a una nariz pegado
Érase una nariz superlativa
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Érase una nariz sayón y escriba
Un Ovidio Nazón mal narigado
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El poeta y dramaturgo no reparaba en burlarse incluso de la prominente nariz del poeta Oviedo, las comparaciones burlescas y superlativas eran siempre direccionadas, en este caso, al poeta cordobés, Quevedo lo resaltó irónicamente, burlandose de su apariencia física, su homosexualidad y acusar a Góngora de ser judío, lo mismo, que hizo con el válido del Rey Felipe IV – el Conde de Olivares – en otros poemas
Acá, unas letras de Quevedo resaltando su antisemitismo dirigido al poeta cordobés
Yo untaré mis obras con tocino
Porque no me las muerdas
gongorilla
Perro de los ingenios de Castilla
docto en pullas, cual mozo de camino
apenas hombre, sacerdote indino
que aprendiste sin cirrus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla
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No cabe duda, el ataque y humillación a Góngora al resaltar su origen judío ( los judíos por normas del kashrut no pueden corner carne de cerdo), Góngora en 1576-80 estudia teología en Salamanca, pero no llega a graduarse, por tal motivo, el cordobés pierde la Capellanía real que el rey Felipe III le había concedido por no ser aún sacerdote, de ahí, que Quevedo arremete con su frase “sacerdote indino” aludiendo a sacerdote descarado e impropio.
Por su parte, Góngora, ya mayor, tenía ganada reputación incluso antes que Quevedo editará sus poemas, aún así, se refería como ” Quebebo”
Resaltamos unos versos dedicados a Quevedo Anacreonte español, no hay quien os tope Que no diga con mucha cortesía, Que ya que vuestros pies son de elegía, Que vuestras suavidades son de arrope. :::::::::::::::::::::::::::::::::

Góngora no se quedaba atrás, los insultos eran finos y directos, se sabe que Quevedo era adepto a la bebida y cojeaba de un pie, de ahí que ” vuestros pies son de elegía” nótese en ésta frase, el uso de elegía, acusándole de desgracia e infortunio, o cosa que no tiene remedio – Pie zambo – una cojera congénita que simula el andar al pie equino, Góngora prosigue ” vuestras suavidades son de arrope” el arrope es una bebida que se destila de la uva mostillo maduro, en la edad media, se cocía la uva con jugos o frutos para relajarse a jarabe, sí se rebajaba aún más, era un licor popular y barato, se sabe que Francisco de Quevedo era de familia pudiente y trabajó en puestos cortesanos y políticos, por eso, su denigración a libar bebidas populares era la ironía que Góngora hacía gala.
El culteranismo y la fineza de los poemas gongorinos no escatima en seguir insultando al poeta madrileño

Este sin landre claudicante Roque, de una venera justamente vano, que en oro engasta, santa insignia, a lo que, a San Trago camina, donde llega: que tanto anda el cojo como el sano. ::::::::::::::::::::::::::::::

“Este landre claudicante Roque” Vemos que hace alusión a su movimientos rectos como “Roque”, pieza de ajedrez, o también, una persona que camina de manera mono-direccional, y landre, son tumores que salen en sobacos o en la ingle, quizás se refería a su andar cojeando.
En fin, ambos poetas del Siglo de Oro, una vez más nos demuestran su fina poesía, la sátira,- burlesca, tanto Góngora con el estilo poético culteranismo y Quevedo usando el conceptismo y valiéndose de la sátira burlesca y la ironía en sus poemas, fueron dos pesos pesados en la literatura barroca de inicios del siglo XVII
Toda una polémica

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