“Nestlé y empresas similares como Danone, Abbot y Mead Jhonson subsidian asociaciones de profesionales de la salud”.
En México, hay más bebes alimentados con leche de fórmula de Nestlé que del pecho de sus madres, una tragedia en salud y en la economía de las familias más pobres, y una gran victoria comercial de la mayor compañía de ultraprocesados en el mundo. Como consecuencia hay una mayor mortalidad y riesgo de muchas enfermedades que pueden representar la muerte de miles de bebes y el deterioro de la salud de millones de niños y niñas.
La Organización Mundial de la Salud reporta que la lactancia materna reduce en los bebes el riesgo de diversas enfermedades, de diabetes tipo 2 en 35%, de leucemia en la niñez en 19 por ciento, de muerte súbita prematura en 60 por ciento y el riesgo de sobrepeso y obesidad en 13 por ciento, además del riesgo de mortalidad por enfermedades infecciosas. Además, se ha comprobado que los niños amamantados tienen 3.4 puntos más en indicadores de desarrollo cognitivo. La misma OMS advierte que no sólo los bebes son beneficiados por la lactancia materna, también las mujeres que amamantan tienen 32 por ciento menos riesgo de diabetes tipo 2, 26 por ciento menos cáncer de mama y 37 por ciento menos cáncer de ovarios.
La información sobre los beneficios de la lactancia materna podría darse al revés, mostrando como la alimentación de los bebes con leche de formula aumenta el riesgo de todas las enfermedades señaladas. En medio de esto, lo más sorprendente es que quienes más promueven el consumo de las fórmulas lácteas en México y en naciones de América Latina a las madres son los propios profesionales de la salud, demostrándose que en la mayoría de los casos lo hacen sin que exista una necesidad para ello.
Nestlé y empresas similares como Danone, Abbot y Mead Jhonson subsidian asociaciones de profesionales de la salud, les financian sus congresos, influyen en los planes de estudios de las instituciones académicas, organizan cursos y otorgan premios en salud con instituciones como el Instituto Nacional de la Nutrición y Ciencias Médicas Salvador Zubirán.
En esta situación, en la que los bebes se alimentan más de fórmulas ultraprocesadas que de la leche materna, podemos decir que dejamos de ser mamíferos, parte de los animales vertebrados de sangre caliente que al nacer éramos amamantados por nuestras madres. Como la leche materna no se publicita y no hay millones de dólares para investigar sus beneficios, la evidencia sobre sus maravillas va saliendo a cuenta gotas y no deja de sorprendernos en sus enormes beneficios.
La leche materna no es la misma para un bebe que para otro, y no es la misma la que produce una madre para su bebe de un mes que para uno de tres meses. La leche materna se reformula de acuerdo con las necesidades del bebe. Y más, recientemente, descubrimos que la propia formulación de la leche materna puede cambiar en un periodo de unas cuantas horas. La madre recibe información sobre las necesidades de su bebe a través de su saliva. Es decir, la composición de la saliva del bebe pasa información a la madre sobre sus necesidades y ésta información lleva al organismo de la madre a reformular su leche para satisfacer esas necesidades
Las formas de comunicación, de interconexión, que se descubren día a día entre los seres vivos, no dejan de sorprender. Desde esta información que pasa de los bebes a las madres a través de la saliva, hasta la que se ha descubierto que existe entre las raíces de los árboles bajo tierra, por medio de una red compleja de hongos, las micorrizas, que trasmiten información entre los propios árboles, pudiendo ser de diferentes especies, nos damos cuenta que desconocemos mucho de estas interconexiones.
La leche materna, diseñada de acuerdo al desarrollo y necesidades del bebe, le brindan defensas inmunológicas que le protegen de una gran cantidad de enfermedades y estas pueden ser reforzadas por esa información que recibe la madre a través de la saliva de su bebe.
Muchas condiciones económicas y sociales han impactado negativamente en los índices de lactancia materna en todo el mundo. Se han establecido derechos laborales para que las madres puedan amamantar a sus bebes, en unos países más que en otros. Y se reconoce que uno de los factores que más han impactado son las prácticas comerciales y las estrategias desarrolladas por las grandes corporaciones de sucedáneos de la leche materna.
Si la alimentación de los bebes con fórmulas lácteas puede representar un riesgo mayor de enfermedades para el bebe y la madre, la promoción de estos productos y su consumo en comunidades pobres puede representar, incluso, la muerte. Las fórmulas lácteas requieren, para su preparación, agua purificada y biberones esterilizados. Se sabe bien que estas condiciones son inexistentes en la mayor parte de estas comunidades, lo que no ha detenido a estas corporaciones a comercializar sus productos en ellas e, incluso, a regalar muestras para promover su consumo.
Esa práctica provocó la muerte de decenas de miles de bebes en África y fue el motivo principal que llevó al acuerdo internacional, al Código de Comercialización de los Sucedáneos de la Leche Materna, que prohíbe su publicidad, los patrocinios, el regalo de muestras, entre otras medidas. Sin embargo, muchas naciones, como México, no han incorporado este Código como parte de su legislación, en gran medida, por el poder que estas corporaciones han ejercido para impedirlo. Vimos como en la pandemia Nestlé, junto con una farmacia de FEMSA, implementó un plan para dar muestras de fórmulas en comunidades marginadas, violando el Código y poniendo en riesgo a los bebes de estas comunidades.
Gracias a la publicidad engañosa de estas leches de fórmula, que llega al extremo de asegurar que su consumo ayuda al desarrollo intelectual de los bebes; gracias a la captura de la academia y de los profesionales de la salud por estas corporaciones; así como a la captura, durante varios sexenios, de la propia Secretaría de Salud por Nestlé, en México hay más menores de 6 meses que consumen fórmulas de Nestlé que leche materna. De esta manera, gracias a Nestlé y otras corporaciones de las fórmulas lácteas, los mexicanos estamos dejando de ser mamíferos, para iniciar la vida alimentándonos de una formula láctea ultraprocesada, diseñada para que una vez que el bebé la consume rechace la leche materna.
Gracias a sus estrategias corporativas, Nestlé se ha posicionado en México como una marca de prestigio, contrastando con su mala imagen en Europa. En un documento interno de Nestlé de 2021, compartido entre sus directivos, y filtrado al Finantial Times, la corporación reconoció que más del 60% de sus productos no son saludables y que la mayor parte nunca dejaran esta condición.
En la mesa está el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de la OMS, un código que, en México, esta empresa, junto con otras productoras de sucedáneos, han combatido eficientemente para evitar que se convierta en ley. Esta semana de la lactancia materna, que está por iniciar, se presentará una iniciativa para convertir en ley este Código y que, al menos, una proporción mayor de bebés puedan volver a ser amamantados y disfrutar de un futuro de mayor salud.