Orienta IMSS Veracruz Sur a derechohabiencia sobre Trastorno Dismórfico Corporal
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Sur orienta sobre la enfermedad mental de Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), la cual obliga al paciente a buscar la ‘’perfección’’, haciendo que se recurra a numerosos procedimientos cosméticos, lo que solo da satisfacción temporal.
El TDC es un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo caracterizada por una preocupación excesiva en la imagen corporal, donde no se deja de pensar en los defectos percibidos, generando problemas en la capacidad para desenvolverse en la vida diaria.
Paola Úbeda Sierra, psicóloga del IMSS, explicó que la dismorfía corporal como es más conocida, suele considerarse un trastorno crónico, si el paciente no es tratado, afecta a hombres y mujeres y es más común presentarlo en los primeros años de la adolescencia.
Indicó que cuando se tiene un trastorno dismórfico corporal, los pacientes se enfocan intensamente en la apariencia e imagen corporal, lo que genera que el defecto percibido y los comportamientos repetitivos causen un sufrimiento emocional significativo.
Mencionó que las personas con TDC suelen pasar muchas horas al día mirándose en un espejo o todo lo contario, evitan hacerlo, intentan ocultar las imperfecciones con maquillaje, barba, sombrero, ropa de otra talla y “corrigen” o “arreglan” lo que les disgusta.
La especialista refirió que algunas de las señales para notar este padecimiento son: extrema preocupación por un defecto percibido, estar convencido de que tu defecto te hace feo, creer que los demás ponen atención en tu apariencia de una manera negativa, arreglar u ocultar el defecto, comparar constantemente tu apariencia con la de los demás, buscar aprobación y evitar situaciones sociales.
Entre las características más comunes con las que la gente suele obsesionarse son el rostro, como la nariz, cutis, arrugas, acné, cabello y calvicie, tamaño de las mamas o del tono muscular y en algunos casos con los genitales.
Úbeda Sierra añadió que unos de los principales factores para desencadenar este padecimiento son las experiencias negativas como burlas en la infancia o bullying por la apariencia y la presión social que hay en medios de comunicación referentes a las exceptivas de belleza que se cree se debería tener.
La dismorfia corporal puede llegar a ser un grave factor para presentar trastornos alimentarios como la anorexia, bulimia, vigorexia (obsesión por el ejercicio) y/o ortorexia (obsesión por comer sólo alimentos saludables), de ahí la importancia de identificarlo y atenderlo a tiempo.
Finalmente, la psicóloga dijo que con terapia cognitivo conductual los pacientes pueden llegar manejar el miedo, las preocupaciones y la ansiedad y con ello aprende a ver y amar su aspecto físico y dependiendo de cada caso se trata también con medicamentos que ayudan a que la serotonina funcione bien.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Sur orienta sobre la enfermedad mental de Trastorno Dismórfico Corporal (TDC), la cual obliga al paciente a buscar la ‘’perfección’’, haciendo que se recurra a numerosos procedimientos cosméticos, lo que solo da satisfacción temporal.
El TDC es un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo caracterizada por una preocupación excesiva en la imagen corporal, donde no se deja de pensar en los defectos percibidos, generando problemas en la capacidad para desenvolverse en la vida diaria.
Paola Úbeda Sierra, psicóloga del IMSS, explicó que la dismorfía corporal como es más conocida, suele considerarse un trastorno crónico, si el paciente no es tratado, afecta a hombres y mujeres y es más común presentarlo en los primeros años de la adolescencia.
Indicó que cuando se tiene un trastorno dismórfico corporal, los pacientes se enfocan intensamente en la apariencia e imagen corporal, lo que genera que el defecto percibido y los comportamientos repetitivos causen un sufrimiento emocional significativo.
Mencionó que las personas con TDC suelen pasar muchas horas al día mirándose en un espejo o todo lo contario, evitan hacerlo, intentan ocultar las imperfecciones con maquillaje, barba, sombrero, ropa de otra talla y “corrigen” o “arreglan” lo que les disgusta.
La especialista refirió que algunas de las señales para notar este padecimiento son: extrema preocupación por un defecto percibido, estar convencido de que tu defecto te hace feo, creer que los demás ponen atención en tu apariencia de una manera negativa, arreglar u ocultar el defecto, comparar constantemente tu apariencia con la de los demás, buscar aprobación y evitar situaciones sociales.
Entre las características más comunes con las que la gente suele obsesionarse son el rostro, como la nariz, cutis, arrugas, acné, cabello y calvicie, tamaño de las mamas o del tono muscular y en algunos casos con los genitales.
Úbeda Sierra añadió que unos de los principales factores para desencadenar este padecimiento son las experiencias negativas como burlas en la infancia o bullying por la apariencia y la presión social que hay en medios de comunicación referentes a las exceptivas de belleza que se cree se debería tener.
La dismorfia corporal puede llegar a ser un grave factor para presentar trastornos alimentarios como la anorexia, bulimia, vigorexia (obsesión por el ejercicio) y/o ortorexia (obsesión por comer sólo alimentos saludables), de ahí la importancia de identificarlo y atenderlo a tiempo.
Finalmente, la psicóloga dijo que con terapia cognitivo conductual los pacientes pueden llegar manejar el miedo, las preocupaciones y la ansiedad y con ello aprende a ver y amar su aspecto físico y dependiendo de cada caso se trata también con medicamentos que ayudan a que la serotonina funcione bien.