AL OÍDO | Por José Luis Pérez Cruz
El inicio del proceso electoral en Veracruz ha evidenciado de manera más clara el creciente periodismo militante en la entidad.
Al igual que varios actores políticos, hay texto servidores que han pasado de partido en partido sin rubor alguno.
Servir al hombre del poder en turno es la premisa de quienes derraman amores o hieles al enemigo real o imaginario del patrocinador.
Ya no se esconden tras una retórica retorcida para vender al “santo”, hoy caminan llenándose los zapatos de estiércol en cada palabra que escriben.
Asumen el discurso y la arenga del patrón del día, del trienio o sexenio y se convierten en un eje polarizador dejando a un lado su vocación social.
Que los periodistas tomen una posición activa y partidista en cuestiones políticas, lacera de sobremanera la imparcialidad, la confianza de los lectores y abona a crear sesgos informativos falsos.
LOS “NUEVOS PERIODISTAS”
Incluso los tiempos actuales de la política han permitido generar una nueva casta de “periodistas”
Ex funcionarios públicos que se lían de asesores con políticos y por generación espontánea empiezan sus “carreras periodísticas” asumiéndose como el mismísimo Gabriel García Márquez.
Hoy son ya parte del escenario habitual en las conferencias de prensa, usando el “poder de su pluma” para cuestionar al enemigo de su querencia.
LOS DESAFÍOS
La presión y complejidad para accesar a la publicidad gubernamental ha “aceitado” la conversión de comunicadores al periodismo militante.
Situación que genera conflictos éticos y presenta desafíos para la integridad y la calidad de la información en los medios de comunicación.
De ahí que es importante encontrar un equilibrio que permita la expresión de opiniones y la promoción de agendas políticas legítimas, sin socavar la objetividad y la confiabilidad de las noticias.
El periodismo militante, si bien ya tiene su historia en Veracruz, hoy en día está más presente.