2024, año de encuestas

En una democracia, las encuestas cumplen una función informativa fundamental. También cumplen una función democrática, al ser una vía de expresión de preferencias de parte de los ciudadanos a otros ciudadanos, al gobierno y a los actores políticos, comenta Alejandro Moreno.

Las campañas electorales significan encuestas; durante las elecciones proliferan las encuestas. El 2024 será, pues, un año de encuestas. Van algunas reflexiones sobre lo que se espera y sobre lo que se desea.

Lo que se espera:

En temporada electoral las encuestas sobre intención de voto florecen, se intensifican y ocupan una parte central de la discusión. Ya no solamente las comentan los comentaristas, sino que las y los candidatos, sus partidos y sus partidarios las incorporan a la retórica de campaña.

“Voy ganando; vas atrás; la ventaja es irremontable; este arroz ya se coció; la verdadera encuesta es el día de las elecciones…”, etcétera. Frases sin contenido, frases de desdén, frases que no aportan a la discusión de las opciones que compiten por el voto.

La mayor parte del tiempo los resultados de las encuestas que se utilizan como propaganda es para indicar que ya está ganada la contienda, o para mostrar que la oposición no tiene chances. Creen que con eso se puede inhibir el voto de los otros, que se desaniman, que con encuestazos desmovilizan. Nada de eso está comprobado.

Las ventajas que se ven hoy a favor de una precandidata presidencial no son ventajas que se hayan visto desde la contienda del año 1994, cuando aún no llegaba la alternancia y el PRI seguía esperando por lo menos 50 por ciento de los votos a nivel nacional.

En 2012 hubo una camada de encuestas que mostraba una ventaja significativa de Peña Nieto, que, al final, no se confirmó en las urnas. Las ventajas son hoy aún más amplias. Presiento que la propaganda se ha hecho más elástica.

Pero habrá de todo, encuestas holgadas de un lado y encuestas más cerradas. Aunque habrá que ver si se contrarrestan los números por parte de la oposición. En el Estado de México, ninguna encuesta mostraba a la candidata del PRI adelante; las más favorables la ponían unos cuantos puntos abajo. Veremos si hay contrapesos en el uso propagandístico.

Y con el antecedente del Edomex, es probable que las candidatas se echen la bolita de las encuestas, que el discurso se vuelva, en cierta medida, encuestocéntrico, y que eso pueda quitar atención a las propuestas de campaña. No es lo ideal.

También se espera una diversidad mayor de metodologías. Se espera porque es natural; generan datos y reducen costos, pero hay que revisar su apego a los criterios científicos. Ojalá que quienes las usen no abusen. Pero ese ya es un deseo. Así que pasemos a eso.

Lo que se desea:

En una democracia, las encuestas cumplen una función informativa fundamental. También cumplen una función democrática, al ser una vía de expresión de preferencias de parte de los ciudadanos a otros ciudadanos, al gobierno y a los actores políticos, además de otros públicos interesados.

Se desea, por supuesto, precisión y exactitud. Se desea que haya transparencia no solamente en cómo se hicieron, sino quién las pagó. Para la ciudadanía es fundamental contar con esa información técnica y organizacional.

Se desea que las encuestas informen, y para ello no es suficiente reportar las tendencias de intención de voto. Eso es lo mínimo. Los desgloses por subgrupos pueden ser muy informativos, muy útiles y también abonar a la transparencia.

Abordar diversas temáticas sobre las preocupaciones y exigencias ciudadanas también aporta. La pregunta de la carrera de caballos, mejor conocida como la intención de voto, es y será la noticia principal, pero eso no significa que las encuestas que se publiquen no deben ofrecer otro tipo de información adicional que enriquezca los reportes y las historias de encuestas.

Se desea que haya creatividad en el gremio encuestador, y que los medios publiquen más que solamente la carrera de caballos.

Es deseable que las encuestas periodísticas sean eso, periodísticas, no propagandísticas. En una democracia, las segundas se valen, pero se requiere de transparencia en el patrocinio. Pero las primeras, las encuestas informativas, son cruciales.

Es deseable la diversificación de la profesión; insisto en la entrada de nuevos y jóvenes jugadores, serios, éticos, metodológicamente sólidos.

Es deseable que la profesión se respete a sí misma.

Es deseable que haya buenas encuestas.

Y así, con una lista de deseos como si estuviera comiendo uvas, aprovecho para desearle a usted y a su familia un muy feliz Año Nuevo lleno de salud, de buena voluntad y de mucho éxito. Gracias por leer Las Encuestas.

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