- Algunos inversionistas prevén que pueden cambiar las condiciones institucionales y económicas del país en los siguientes meses, y ello genera movimientos de sus portafolios.
Enrique Quintana//Coordenadas
1.- Es innegable que, después de conocer los resultados electorales, comenzó un periodo de inestabilidad financiera. Entre el cierre del viernes 31 de mayo y el cierre de ayer, el índice de precios y cotizaciones de la BMV ha caído en 3.8 por ciento. La cotización del peso frente al dólar, ayer por la tarde estuvo en alrededor de 18.58 pesos por dólar, lo que implica un alza de 9 por ciento respecto al viernes previo a la elección.
2.- La razón de esta circunstancia es la previsión de algunos inversionistas de que pueden cambiar las condiciones institucionales y económicas del país en los siguientes meses. Y, ello genera movimientos de sus portafolios. No es ningún chantaje ni nada que le parezca. Por cierto, si se ve en una perspectiva de mediano plazo, ni el encarecimiento del dólar ni la caída de los precios de las acciones implican ninguna corrida ni situación de pánico.
3.- Hay, de hecho, posiciones divergentes entre instituciones. Hay casos como el de Morgan Stanley, que señaló a sus inversionistas que respecto a las acciones mexicanas se encontraban “en modo de espera”, en contraste con lo señalado por JP Morgan, que indicó que hubo una sobrerreacción de los mercados ante los resultados electorales y que perciben solidez en los fundamentos macroeconómicos del país.
4.- El comportamiento de la inversión financiera no es necesariamente el mismo que el de la inversión productiva. La primera tiende a ser mucho más reactiva a los acontecimientos de corto plazo y trata de obtener ventajas adelantándose a los hechos. La inversión productiva evalúa con más cuidado las circunstancias para medir el impacto que puedan tener las decisiones de política pública. El último dato de ésta es que crecía a un ritmo de 10.9 por ciento anual en marzo. Habrá que esperar cifras más recientes. Sin embargo, por lo que he escuchado, no hay hasta ahora cancelación de proyectos derivada del resultado electoral.
5.- La reforma judicial que fue propuesta por el presidente López Obrador preocupa a diversos empresarios. Sin embargo, percibo por lo pronto que quieren ver cuál es la reforma que realmente se concreta antes de incorporar el hecho a la evaluación de sus decisiones de inversión.
6.- Otra de las señales importantes que todo tipo de inversionistas están esperando es la revelación del gabinete de Claudia Sheinbaum. Aunque en México la presidencia de la República es un cargo unipersonal, cuya autoridad no puede delegarse, en la práctica, los perfiles del equipo de colaboradores más cercano a la próxima presidenta, va a decir mucho de la visión de país y del estilo de gestión que tendrá. Hay indicios –sobre la base de su experiencia en la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México– de que Claudia Sheinbaum incorporará perfiles más técnicos en diversos casos, así como personajes con una trayectoria política sólida entre sus colaboradores. El tiempo de los ‘floreros’ habrá quedado atrás.
7.- Como era de esperarse, la primera reunión del equipo de la virtual presidenta electa con la representación de un gobierno extranjero fue con Estados Unidos, lo que revela la relevancia que los dos países le otorgan a su vecindad y sus múltiples intercambios. Aunque la propia Sheinbaum señaló que se trató de una conversación informal, no es poca cosa que la asesora de seguridad del presidente Biden, Elizabeth Sherwood-Randall, haya acudido al encuentro. Es un mensaje de la jerarquía que se le quiere dar a la relación con el nuevo gobierno mexicano. No quiere decir que no vaya a haber fricciones o diferencias. Las habrá, pero la interlocución ya comenzó a construirse.
8.- Hablando de contrapesos frente al poder del Ejecutivo, ojalá que se mantengan los de carácter jurídico e institucional. Pero no hay que olvidar que, además, existen los de carácter fáctico. Se trata de los tratados internacionales que México ha suscrito; de la fuerza y poder del vecino del norte; de los mercados financieros, que no pueden dejar de importar, entre otros. Pase lo que pase con las reformas constitucionales, éstos habrán de continuar.