La SEP de Mario Delgado va contra chatarreros y agua sucia

Para que la medida de la SEP genere resultados, el chip debe cambiar desde casa, pues problemas como el sobrepeso y la obesidad en las infancias ya son número uno en el país.
En anteriores gobiernos, debido a la acostumbrada corrupción que sostuvieron por décadas, y pese a que se intentó en múltiples ocasiones sacar los alimentos chatarra de las escuelas, lo cierto es que para muchos esto ha seguido siendo letra muerta.

Ahora, una vez más, desde la SEP con Mario Delgado Carrillo al frente, nos vienen con el cuento de que ahora sí tienen una medida preventiva y de fondo.

Se trata de la nueva estrategia de vida saludable en las escuelas en la que ningún producto alimenticio con sellos, va a poder venderse en las escuelas.

La medida podría ser un bombazo, pero no va sola, ya que se asegura se supervisará que el agua para beber que se ofrece en los planteles sea en realidad POTABLE y las cooperativas escolares vendan solo productos saludables.

Una medida sin lugar a dudas ambiciosa y, si nos apuran, mucho muy difícil de lograr, puesto que no es fácil que se dejen de vender antojitos y frituras, aunque sí más fácil de regular la venta de productos embolsados o embotellados que a ojos vistas traen sellos. Pero ¿Y el agua Potable? Porque si tenemos en cuenta que para el gobierno hasta el agua de la llave supuestamente es “potable”, habría que preguntarse cuál será el estándar que manejarán con el agua y cómo pretenderán vigilar su cumplimiento.

Habrá que esperar a conocer a fondo la medida, pero estamos seguros de que las empresas especializadas en la producción y venta de productos chatarra pondrán el grito en el cielo por la medida, aunque no tanto como muchos padres de familia que por años han preferido aflojar la cartera que despachar a sus hijos bien alimentados a los centros escolares.

Para que la medida de la SEP genere resultados, el chip debe cambiar desde casa, pues problemas como el sobrepeso y la obesidad en las infancias ya son número uno en el país a causa del excesivo consumo de azúcar y la falta de ejercicio, y esto último debe venir aparejado con la prohibición de productos chatarra, pues ha sido una tradición mexicana el no poner importancia ni seriedad a la actividad física en las escuelas.

Es tiempo de reconocer errores conjuntos y no esperar que todo venga del gobierno.

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