Por pedir una asamblea donde se informe en qué se ha gastado el dinero que les es descontado vía nómina a los trabajadores de CICE, el obrero Isidro Misarte Landa es otro más suspendido de su área laboral en la zona portuaria, lo que ha despertado la inconformidad de la base trabajadora.
En tan poco tiempo, José Luis Hernández “El Tribilín”, ha acumulado la inconformidad de los trabajadores del sindicato de Corporación Integral de Comercio Exterior y resultó peor que su antecesor Efrén Pablo Solub Pérez, a quien prometió por acuerdo de asamblea encarcelar por robo al gremio, pero a final de cuentas perdonó.
El tribilín utuliza el terror para amedrentar a los trabajadores y suspenderlos por pedirle cuentas, como es el caso de Isidro Misarte Landa a quien decidieron suspender y amenazar con liquidarlo, por lo cual el caso está siento turnado a la Secretaría del Trabajo.
Le pidieron cuentas, por citar algunos casos, del destino de los mil pesos que él arbitrariamente incrementó a dos mil pesos, por cada trabajador que ingresa, y aunque se los descuenta la empresa al momento del pago, el concepto descontado no aparece en el recibo de nómina lo cual consideran un abuso.
De las 28 plazas, se incrementó a 40 plazas laborales para trabajadores a los que se les cobra por acuerdo mil pesos por el ingreso, pero aparte les cobra 2 mil pesos de manera personal.
Esto sin contar que cada trabajador que ingresa a CICE, es obligado a firmar documento en blanco y su “carta de renuncia voluntaria” sin fecha, que el tribilín usa a placer para quitar de enmedio a los incómodos, pese a que la ley castiga con severida esta práctica.
Por cada trabajador que muere, el sindicato les cobra 50 pesos semanales, que al mes significan 200 pesos y multiplicado por los mas de 600 trabajadores la cifra supera los 120 mil pesos mensuales, cuando a cada fallecido se les entregan 50 mil pesos, eso si no les descuenta conceptos inexistentes.
El caso del ex dirigente Efrén Solub que debió haber sido procesado y de la secretaria Melina Pérez que no debió ser despedida, ambos casos aprobados por acuerdo de asamblea, el Tribilín los pasó por alto y violando el acuerdo decidió perdonar al primero y despedir a la segunda.
Los castigos como la suspensión por varias semanas sin derecho a sueldo, así como “el Hoyo”, donde es confinado un trabajador al calor extremo en las bodegas de los barcos, son parte de las venganzas del Tribilín, con lo cual ejerce violencia laboral contra todo aquel que no piense como él ni esté de acuerdo con el robo que se comete contra los obreros, por lo cual la indonformidad en la zona portuaria va en aumento.