De candelaria y tamales


Por Claudia Morales Magaña

El 2 de febrero, representa para muchos ciudadanos el día de comer tamales, ya que como dicta la tradición “tienen que cumplir”; porque tuvieron el privilegio de que, el día en que cortaron la rosca de reyes, en el corte o en la pieza de rosca, encontraron al niño Dios, el 6 de enero.
Así que, estos padrinos del niño, tiene que ofrecer este rico alimento acompañado de una exquisito atole, champurrado, café o popo.

En el mismo sentido, encontramos que hay familias que aparte de seguir esta rica tradición también acostumbran el levantamiento del niño Dios, lo visten con ropita que ellos mismos confeccionan o mandar a elaborar con personas que se dedican a este oficio, o los padrinos son los encargados de dar la ropita y llevar al niño Dios a la iglesia, junto con velas o candelas que son prendidas en la celebración de la misa.

De esta manera podemos encontrar que en el libro “Veracruz fiesta viva”, la investigadora Jessica Gotteried, refiere que, “en Santiago Tuxtla, el segundo día de febrero, es el día en que se lleva a cabo el último fandango y se arrulla al niño Dios para que se quede dormido. Al día siguiente se guarda el nacimiento.
Los arrullos son entonados por jaraneros, los cuales inician desde el 6 de enero hasta el levantamiento del niño”.

Asímismo, encontramos que en Tlacotalpan pueblo mágico, llevan a pasear a la Virgen de la Candelaria por el río, la llevan en procesión desde la iglesia con música de jaraneros que desde la noche anterior han estado tocando para la Virgen, que la escoltan con sus sones hasta una gran barcaza que la llevará en el recorrido por el río. Otras lanchas adornadas que llevan a los músicos y familias, también acompañaran a la Virgen en su corto viaje. Los lugareños realizan esta tradición, también como creencia que la Virgen de la Candelaria bendecirá las aguas del río para proveerles de alimento a los pescadores.
La maestra Reynalda Morales Magaña, en su narrativa “La diosa madre siempre festeja”, menciona: < “La Virgen de la Candelaria” madre alumbradora de caminos que van al mar, donde el pescador navega y necesita horizontes >.

Así mismo, hay familias como lo indicamos al inicio, celebran el 2 de febrero con unos ricos tamalitos, los cuales podemos encontrar en sus diferentes presentaciones, sabores y tamaños, los hay de masa colada, amartajados, secos, suave y porosos; dulces, salados o picosos; rellenos de carne de puerco, pollo con salsa o con mole; los de chípil y frijoles van solos o con zorrapa de chicharrón que le da un sabor espectacular, también están los que llevan verduras, ya sea de cambray o de elotes y los de pejelagarto . Hay infinidad de sabores, como la creatividad de las cocineras puedan elaborar. Estos son envueltos en hoja de mazorcas de maíz o de plátano, u otras hojas vegetales. Y los nombres van variando ya que nos encontramos con los chanchamitos, las chancletas, tamales de cuchara, maneas, zacahuil, que es considerado el tamal más grande de México. Algunos tamales antes de comerlos se les tiene que esparcir salsa, la cual le da un toque especial.

Para finalizar, queridos lectores cabe mencionar que este 2 de febrero en diferentes partes de la república se celebrará este día, ya sea desde un aspecto religioso, ya sea desde un aspecto cultural, pero principalmente para seguir uniendo a las familias y al pueblo de México en sus tradiciones. ¿Y usted cómo celebrará esta fiesta y con qué tamalito lo acompañará?

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