CLAROSCUROS // José Luis Ortega Vidal
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La jornada de dieciséis horas -entre la tarde y noche del pasado viernes diez y la madrugada del sábado once de noviembre- en la que MORENA definió nueve candidaturas a gobiernos estatales cerró acuerdos, pero abrió heridas.
Los primeros ya tienen nombres y apellidos; las segundas varían entre las evidentes y las semiocultas, cuyo alcance lo determinará el tiempo.
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Lo que originalmente sería un anuncio de nueve nombres -cinco mujeres y cuatro hombres- abanderados por MORENA PT y PVEM, se prolongó como consecuencia de un método rebasado y falto de credibilidad: las encuestas.
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La lucha por el poder opera dos etapas: la pugna por alcanzarlo y la confrontación por mantenerlo.
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MORENA -Andrés Manuel López Obrador- arribó al poder en el 2018 y ahora se prepara para permanecer hasta el 2030.
Al contar con una militancia variopinta, MORENA se asume como un partido de izquierda, pero dentro de su estructura convive toda clase de pensamientos, simpatías e identidades.
A esta dificultad se añade la ausencia democrática y una estabilidad frágil, directamente conectada a su fundador: Andrés Manuel López Obrador.
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La jornada morenista del diez y once de noviembre quedará como muestra de la convivencia entre izquierdistas históricos con ex priistas, ex panistas, oportunistas pseudo ecológicos, así como cacicazgos.
Todos lucharon entre sí para repartir el poder obtenido en un marco de validez legal, pero al cual no han podido vestir de legitimidad democrática.
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La cuota de género forma parte de una agenda de demandas históricas en el país.
Al entregar cinco de nueve candidaturas a mujeres y sacrificar figuras masculinas, MORENA responde positivamente a un elemento de su propio discurso ideológico: la democracia construida desde la paridad entre mujeres y hombres.
Empero, al entrar en los detalles resulta obvia la utilización de esta equidad a favor del control del proceso electoral 2023-2024, por parte de AMLO.
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El caso más emblemático es el de la ciudad de México, donde Clara Brugada Molina perdió la encuesta contra Omar García Harfuch con una diferencia de 14 puntos, pero es candidata por paridad de género.
La gran diferencia de puntos rebasa la esencia de la equidad, pero Clara Brugada es respaldada por AMLO mientras García Harfuch resultó candidato fallido de Claudia Sheinbaum.
Así las cosas, la gran derrotada es la candidata presidencial de MORENA al quedar evidenciado que sólo le dieron un bastón, pero nunca le entregaron el mando.
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En Veracruz, Rocío Nahle García resultó electa tras obtener 16 puntos en la pregunta ¿A quién preferirías como candidato (a) de MORENA a la gubernatura?
El segundo lugar sobre la misma pregunta lo ocupó Manuel Huerta Ladrón de Guevara, con 15.2 puntos.
La encuesta incluyó cuestionamientos sobre simpatías, honradez, popularidad, entre otros.
Nahle García perdió y Manuel Huerta salió mejor posicionado en esos rubros.
Sin embargo, la pregunta directa de preferencias sobre candidaturas tuvo mayor valor e inclinó la balanza a favor de la ex secretaria de Energía.
Rocío Nahle García ganó una competencia en la que todo estaba diseñado para su nominación como candidata.
Manuel Huerta perdió una candidatura que nunca tuvo oportunidad de obtener, pero ganó legitimidad como líder.
Con todo y su presunto discurso de confrontación frente a imposiciones, Huerta Ladrón de Guevara aceptó el premio de consolación y será candidato a Senador.
Los números son números, pero en el caso veracruzano también hubo una orden directa de parte de López Obrador: es Rocío.
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¿Eso es todo?
No.
El método de encuestas y la determinación de la paridad de género dejan múltiples dudas sobre el escenario.
En el caso de Chiapas la senadora Sasil de León ocupó el segundo lugar de la encuesta, a sólo 1.5 puntos del triunfador, Eduardo Ramírez.
¿Por qué en la ciudad de México se aplicó la paridad de género a pesar de los 14 puntos diferencia entre el triunfador -García Harfuch- y la candidata designada -Clara Brugada- mientras que en Chiapas se dejó fuera a una mujer que casi empató con el triunfador de la encuesta y candidato nominado?
Esta diferencia entre criterios para la capital del país y el caso de Chiapas muestra un tufo evidente a dedo presidencial.
Al presidente le resultó prioritario imponer a su candidata en la capital del país, por encima de equidad o iniquidad de género.
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La debilidad de Claudia Sheinbaum trasciende porque históricamente los presidentes se han topado con una regla de oro: prepararse el último año de su gobierno para entregar el poder y alejarse de la escena pública una vez iniciado el trabajo de su relevo.
Hubo casos quienes rompieron esa regla:
- Álvaro Obregón se reeligió y acabó asesinado…
- Plutarco Elías Calles encabezó el Maximato hasta que Lázaro Cárdenas ordenó su salida del país…
- Carlos Salinas de Gortari armó lo necesario para seguir gobernando desde el extranjero, concretamente desde una silla en la Organización Mundial de Comercio, pero la muerte de Luis Donaldo Colosio en marzo de 1994, enterró sus intenciones…
¿Más allá de la entrega de un bastón sin mando, hasta dónde planea llegar Andrés Manuel López Obrador?
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Ayer, en Otatitlán, Erick Patrocinio Cisneros encabezó un mitin donde afirmó: “Tenemos una gran tarea, la tarea de ganar la Cámara de diputados federales y la Cámara de senadores, para poder hacer verdaderas reformas estructurales en nuestro país”.
Y añadió:
“Si en 500 años no nos pudieron robar nuestra alegría, un proceso interno no nos la va a robar, para quienes no me quieran ver, me van a tener que seguir viendo; nosotros desde nuestro origen tenemos un principio: no doblar la espalda porque te montan, y no nos vamos a dejar montar por nadie…”
¿Exabrupto? ¿Reto? ¿Advertencia?
Ya sabremos, pero resulta obligado preguntar a Cuitláhuac García Jiménez: ¿Ahora sí lo va a parar?
De Rocío Nahle, el ex secretario de Gobierno ha recibido respuestas anticipadas a sus dudas: la hoy candidata ya estuvo en Tres Valles…
Y en la rueda de prensa de Nahle y Huerta -el sábado- Juan Javier Gómez Cazarín estuvo sentado en el presídium.
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Este lunes, Marcelo Ebrard podría anunciar su permanencia en MORENA, lo cual sería sinónimo de ridículo; o bien ventilar su participación en el proceso electoral a través de la oposición, bajo condiciones que podrían resultar sorpresivas.
Otra opción sería el inicio de un camino en solitario, con miras a formar un partido o algo que se le parezca.
Hasta hoy, Ebrard ha cerrado puertas a una etapa de su carrera política que lucía prometedora.
A medio día sabremos si anuncia algo que valga la pena…
* Las opiniones y puntos de vista expresadas son responsabilidad exclusiva del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de Palabra de Veracruzano