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Pasándose por los riñones el mejor plan educativo profesional del presidente Andrés Manuel López Obrador, a través de las Universidades Bienestar “Benito Juárez García”, cuyo prototipo ya ha sido retomado por Brasil, Ecuador y Perú, el coordinador del Campus Villa Allende, Mauricio Santiago Rodríguez, dio de baja a 30 alumnos, no obstante que por su ineptitud está institución cuenta con una matrícula ínfima.
El argumento del nefasto funcionario es por demás vil: alega que el nuevo reglamento 2023 aprobado hace una semana en Ciudad de México, establece que aquellos alumnos que cuenten con carrera trunca en otras instituciones, no podrán concluir en esta universidad y por lo tanto sin mediar palabra, ayer sin extender documento alguno, les notificó verbalmente que serían dados de baja.
En su defensa los alumnos afirmaron que hace seis meses se inscribieron conforme a lo establecido en el reglamento 2022 e incluso a muchos de los ahora afectados, aceptaron ingresar por las súplicas de Santiago Rodríguez, al lloriquear que por la pobre oferta educativa, difícilmente iba a cumplir con la meta de inscritos y su directora Raquel Sosa, lo pondría de patitas a la calle.
Medio año después, saca las garras –ese humilde corderito- y ahora, con el estúpido argumento que el nuevo reglamento no permite la inscripción a aquellos que por distintas causas hayan truncado su carrera en otras universidades, Mauricio Santiago se sienta en su macho, y con la mano en la cintura, ordenó hoy a los guardias de seguridad del plantel, que no podrían ingresar. Así, sin más.
¿Sabrá este inepto funcionario de quinta, que ninguna ley o reglamento puede ser retroactivo si es en perjuicio o daño del o los ciudadanos?
Por lo pronto se ha metido en grave predicamento legal, porque con todo y reglamento, será objeto de una investigación ante el órgano de control interno, ya que en reiteradas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que a ningún mexicano se le puede prohibir la educación pública.
